lunes, 24 de diciembre de 2018


Queridos lectores y lectoras de Cuevas de Velasco y de otros lugares: Deseo daros las gracias por seguir las informaciones y noticias sobre el pueblo que van apareciendo en este blog. 

(La foto es un atardecer tomado desde El Castillo en el verano de 2018) 

miércoles, 19 de diciembre de 2018

                                    ¡A   BUSCAR   HONGOS!



Ha sido una temporada tardía, pero un año más hemos podido coger hongos en los montes de Cuevas.



Los caminos estaban embarrados a causa de las lluvias del otoño. 



El paisaje a esas primeras horas de la mañana, cuando se deshace la escarcha, es espectacular.

Aspecto de los campos a primera hora de la mañana. Camino del Reajo.

Pueden encontrarse docenas de especies de setas. Solo unas pocas son tóxicas.


Los colores y aspectos de los hongos son realmente llamativos.


Los hongos crecen entre el musgo y la chasca.


Tradicionalmente en Cuevas se han cogido sobre todo los níscalos, pero sabemos que hay otras especies comestibles.



Lo bueno escasea y está bien oculto. Cuando se descubre se experimenta una gran alegría.


Hay que ser cuidadosos y dejar el monte tal como lo hemos encontrado.

Hay media docena de platos que se elaboran con los hongos: pisto, arroz, gachas, patatas..., aunque suelen comerse asados.

Este año, en el monte de Abajo hemos podido disfrutar cogiendo hongos.


Otro de los tesoros del bosque son las setas. Hay que proteger nuestros montes.


Algunas setas tienen un colorido muy llamativo: naranja...

Violáceo...



Otras poseen extrañas formas.


El suelo del bosque, alfombrado de musgo, es un mullido tapiz para el buscador de setas.



Forma de paraguas.


Forma de luna llena.


Forma de nueces.


En fila india.


En guerrilla.


¡Qué ricos!







lunes, 10 de diciembre de 2018



       III FERIA DE LA TAPA, DE CUEVAS DE VELASCO


El día 8 de Diciembre ha tenido lugar la III Feria de la Tapa, de Cuevas de Velasco. En la presente edición se ha desposeído al certamen de su carácter competitivo. Al final, todos los participantes han recibido dos obsequios por parte de los organizadores. 




Un total de 14 chefs, armados de sus herramientas de cocina y con un presupuesto de unos 30 euros, se han lanzado a la tarea de sorprender a los paladares de cientos de asistentes a la degustación. 




Hoy día, cuando la cocina está tan de moda, la gente se entusiasma con estos eventos. En el fondo, del mismo modo que cuando se habla de fútbol se dice que cada español lleva dentro un seleccionador nacional, también cada español es un chef en potencia. 




Las tapas presentadas han sido muy variadas. Muchas de ellas influenciadas por las cocinas regionales de los lugares donde residen los participantes. Se ha superado ya la fase localista o provincial y uno puede encontrarse en esta cata con platillos mediterráneos, otros de sabores orientales, florituras de alta cocina o bocaditos más sencillos pero no por ello menos sabrosos.



Cada uno de los participantes elaboró un total de 60 unidades, lo que hace un total de 840 tapas, de las cuales se dio buena cuenta en una jornada de disfrute del paladar y de ambiente festivo.



Además de los participantes en el evento, hay que felicitar de un modo muy especial a los organizadores, cuyos desvelos, inquietudes y trabajo nos permiten año tras año asistir a estos actos en los que se reúne a la gente del pueblo y se disfruta de estos actos.




martes, 4 de diciembre de 2018


          “LAS TUMBAS DE LOS MOROS”, DE VILLAR DEL MAESTRE

Las sepulturas son más profundas que en otros lugares.


Es una constante por todos estos pueblos de la Alcarria conquense referirse a este tipo de enterramientos como “tumbas de los moros”, aunque hoy sabemos que probablemente estas fosas excavadas en piedra proceden de un periodo que va del siglo V al siglo IX d C. Y, a pesar de que algunas de estas sepulturas podrían haberse realizado durante la dominación musulmana, lo cierto es que pertenecen a los cristianos. Los arqueólogos hablan de tumbas “paleocristianas” o “tardorromanas”.

Las necrópolis rupestres han pervivido hasta nuestros días, aunque algunos enterramientos están seriamente deteriorados por la intemperie, el inexorable paso del tiempo y porque la roca arenisca, superficie sobre la que están excavados estos sepulcros, se desintegra con relativa facilidad.

Hay hileras de piedras compatibles con muros de protección de la necrópolis.


Otra cuestión más peliaguda es encontrar los asentamientos donde vivieron los pobladores para los que se abrieron esas fosas.

En el bello pueblo de Villar del Maestre, al igual que en otros vecinos, como Cuevas de Velasco, Castillejo del Romeral o La Ventosa, podemos admirar este tipo de tumbas, llamadas “de bañera”, incluso agrupadas, formando una necrópolis.

Aunque existen algunas dispersas, el grupo más numeroso, alrededor de una quincena, se encuentran en el paraje denominado El Regajo. Allí, sobre una meseta pétrea baja, La Peña de los Moros, que emerge en la vega, de forma perpendicular al río, pueden observarse estas impresionantes fosas mortuorias.

Las fosas se encuentran en rocas separadas por pasillos.


Desconcierta, claro está, el que no se haya hallado ni una sola intacta y que no aparezcan ni restos óseos ni otros materiales de valor arqueológico por los alrededores.

Los peñascos sobre los que se encuentran excavadas las tumbas están dispuestos formando entre ellos callejones y pasillos, como si de un pequeño laberinto se tratase.

Las fosas son más profundas que en los otros pueblos y se aprecian en sus paredes interiores restos del encalado que por lo visto practicaban en el rito funerario. También su disposición varía en algunos casos, pues la orientación que suelen tener es: cabeza, al oeste; pies, al este, si bien en Villar del Maestre, al aprovechar las rocas aisladas, puede haberse alterado el sentido Este en algunos casos.

Se aprecian diversos rebajes en la roca, en forma de aras de culto.


Además de las tumbas paleocristianas, se pueden observar una especie de ara cultual y una serie de inscripciones. En realidad hay varios trabajos antiguos en la roca, pudiendo ser compatibles con altares de ritos antiguos. En cuanto a las inscripciones, hay que recordar que los pastores, los enamorados y otras gentes solían dejar sus “mensajes” para la posteridad grabados en las piedras. A falta de un estudio minucioso conviene ser cautos.

Algo que llama la atención es que las tumbas se concentran en el extremo norte del peñasco que emerge en la vega, pero desde allí se extiende un llano elevado hasta el pie del monte. Y justo en el punto de unión con la ladera de la montaña se aprecian restos compatibles con un muro, como si todo este espacio elevado, hubiera estado protegido o fortificado.

Hay curiosas inscripciones en las rocas de la necrópolis.
Vista de Villar del Maestre, con su iglesia. Al fondo, a la izquierda zona donde se encuentra la necrópolis.


Como digo, el problema es que ni en las tumbas ni fuera de ellas, ni a lo largo de este espacio de unos 8000 m², se aprecian en superficie restos que puedan orientarnos sobre aquellas gentes que enterraron a sus muertos en el valle del río Mayor.

Piedra tallada a modo de escalera. Posible lugar para la celebración de ritos religiosos.

Sabemos que la provincia de Cuenca es rica en yacimientos arqueológicos de enorme importancia. Sabemos que estos pequeños municipios no disponen de fondos para excavaciones o para poner en valor su patrimonio arqueológico. Pero creemos que las autoridades en la materia deberían al menos catalogar estos lugares y protegerlos de imprudencias, errores o actos malintencionados que puedan dañar los valiosos testimonios de nuestra historia.