lunes, 8 de abril de 2019


                           FOTOS DE AQUÍ Y DE ALLÁ



Coronación de la Virgen de las Angustias de Cuenca. Tuvo lugar el 30 de mayo de 1957. Además de una nutrida representación del pueblo de Cuevas, la imagen del Santísimo Cristo de la Misericordia y de la Salud iba acompañada por seis madrinas, catorce jóvenes vestidas de serranas, seis niños vestidos de serranillos y cuatro mujeres ataviadas con vestiduras antiguas. La danza de Cuevas, con su típico paloteo, acompañó a la procesión durante todo el trayecto.



Procesión del día del Cristo en Cuevas de Velasco. La imagen está tomada en el momento en que la procesión avanza desde el final de la calle del Paraíso a la calle del Calvario.


El asno de Félix bebe en la fuente Canela. La llegada de la fuente Canela al pueblo fue un acontecimiento señalado. Antes, las bestias abrevaban en la fuente del Caño.




Nochevieja en Cuevas de Velasco. Celebración de la fiesta de Nochevieja en los salones polivalentes de las antiguas escuelas.


La Cruz del Cura. En realidad es el rollo de justicia de Cuevas. Un símbolo muy importante, pues los pueblos que lo ostentaban tenían jurisdicción propia en primera instancia y no dependían de otra ciudad mayor. La imagen corresponde al momento en que se restauró tras un acto de vandalismo. 




Azafrán. El cultivo del azafrán ocupó en otro tiempo una superficie considerable. Hoy ha quedado reducido a algunas cebollas que se siembran en los corrales o en los jardines. 



Procesión del día del Cristo en Cuevas de Velasco. La imagen corresponde a mitad de la década de los 60, del siglo pasado, cuando ya comenzaba a notarse la caída del pueblo por la emigración. La imagen del Cristo finaliza el recorrido de la calle del Paraíso.


Brigada de obreros ferroviarios. Cuevas de Velasco contó durante muchos años con una brigada formada por entre seis y ocho obreros. 


 Mozos y  mozas. Imagen que corresponde a los años setenta del siglo pasado.


El paseíllo. En Cuevas hubo una afición taurina notable. Hemos podido ver incluso crónicas de principio del siglo XX escritas en los principales diarios de Madrid. Esta imagen corresponde a uno de los últimos festejos con vaquilla que tuvieron lugar en el pueblo. Solía arreglarse una especie de ruedo en las eras o, como en este caso, en un corral que había entre las calles del Arco y el Castillo, en el llamado corral de la Machueca.




Danza de Cuevas. Sorprendente grabación encontrada en la Biblioteca Nacional. La calidad tanto de la imagen como del sonido deja que desear, pero se trata de un documento de gran valor.






jueves, 4 de abril de 2019


                   RESTAURACIÓN DEL ATRIO DE LA IGLESIA 


Según el diccionario de la Real Academia “atrio” es el andén que hay delante de algunos templos, por lo general enlosado y más alto que el piso de la calle. Esta definición viene que ni pintada al atrio de nuestra iglesia de Cuevas de Velasco. 

El atrio tiene sus antecedentes más remotos en una especie de patio con el que contaban las mejores casas romanas. Pero con la llegada del cristianismo pasó a referirse al espacio que antecede a la portada del tempo o que rodea el propio templo. 

Sus funciones fueron muy diversas. Por ejemplo, antiguamente marcaba los límites de la jurisdicción eclesiástica, es decir, el individuo que entraba en el atrio ya estaba “acogido a sagrado” y, por lo tanto, no podía ser detenido por la justicia ordinaria. 



Los atrios fueron también cementerios. Cuando los enterramientos superaban las posibilidades del propio templo, se habilitaban los alrededores, incluido el atrio, para las sepulturas de los fieles. 

Finalmente, hoy en día, los atrios tienen la función de servir de antesala para acceder al templo, de separar el ambiente de lo religioso del de lo pagano. 

El atrio de la iglesia de Cuevas de Velasco cumplió y cumple todos esos usos. El muro que lo circunda fue restaurado hace ya tres o cuatro décadas. Y ahora le ha tocado el turno al pavimento, que también había sido reparado hace algún tiempo, pero cuyo deterioro hacía difícil incluso caminar por ese espacio. 

Cuando se han levantado las capas de cemento y de guijarros se ha llegado a una profundidad considerable. En el subsuelo del atrio han ido apareciendo huesos humanos, muchos, hasta el extremo de que ha habido que trasladarlos al cementerio en remolque, como sucedió ya cuando se excavó para construir las aceras hace cuatro o cinco décadas. 



Una observación cuidadosa de las obras de restauración aporta interesantes noticias. Desde siempre se había oído, una de tantas tradiciones orales, que la iglesia se levantó sobre una plataforma de sillares y esto ha quedado desmentido, puesto que, una vez hecho el desmonte, se aprecia perfectamente que el edificio, al menos su muro sur, está asentado sólidamente sobre la roca viva. 




No se aprecian trazas de sillares o bloques de piedra bajo los muros, sino la roca arenisca amarillenta y ocre de esta zona del pueblo. Quienes recordamos aquellos peñascos que emergían en plena calle, antes del asfaltado, identificamos perfectamente esas rocas. 

El atrio restaurado realza la belleza del templo. También facilita todas las ceremonias y ritos que tienen lugar en ese espacio sagrado, especialmente la danza procesional de Cuevas. La iluminación contribuye también al esplendor de este templo magnífico.