VERANO DE 2025. FOTOS CON TÍTULO Y PIE.
1. Raíz de carrasca.
En el costón de la carretera se ve esta raíz de carrasca como si fuera un monstruoso animal que emerge de la tierra. Es un interesante flash que ayuda a entender cómo las raíces de las plantas fijan y sujetan la tierra y evitan la erosión.
2. Cuevas de Velasco desde la carretera del Villar.
El apogeo del girasol nos ofrece cada año unas estampas impagables. Estos vallejos, que abundan por el término del pueblo, constituyen el marco perfecto para que los campos de esmeralda y oro luzcan en todo su esplendor.
3. Los “higos locos” son deliciosos.
Hoy sabemos que las madres nos prevenían contra estos higos procedentes de higueras silvestres con el fin de evitar posibles confusiones con otras plantas tóxicas. Pero estos deliciosos higos el único peligro que presentan es que su recolección es arriesgada, porque se crían en higueras que crecen en los peñascos. La mermelada es una auténtica delicia.
4. Los covachos de Valamelgo.
Siempre han resultado enigmáticas estas cuevas. Ahora parece que ya conocemos su origen. Fueron excavadas por monjes primitivos. En ellas se establecieron las primeras comunidades monacales.
5. Nido de abejaruco.
Los abejarucos son aves de plumaje multicolor: esmeralda, azul amarillo, dorado. Arrastran mala fama porque comen abejas, entre otros insectos. Construyen sus nidos en estos agujeros, que alcanzan hasta un metro de profundidad.
6. Cigüeñas sobre la antena.
La bandada de cigüeñas que hizo escala en el pueblo, en su migración anual hacia el sur, se repartió por la torre, los postes de la luz, los campos del Llano y sobre la antena de telefonía móvil. ¡Y no dañaron la cobertura! ¡Qué simpáticas las cigüeñas!
7. El espino albar y sus frutos.
El espino albar ya ofrece unas estampas preciosas en primavera, cuando tiene lugar la floración. A lo largo del verano van madurando las bayas hasta adquirir un color rojo intenso. Muchas aves tragan la baya entera y así van expandiendo las semillas.
8. El váter de los tejones.
Los tejones son muy ordenados y muy aseados a la hora de ir al retrete. Cavan un hoyo en el suelo, a modo de letrina, y allí depositan cada día sus excrementos. Este agujero, situado al borde de la senda del Moralejo, sirvió para las deposiciones de unos treinta días.
9. Atardecer en Cuevas de Velasco.
El pueblo ocupa un lugar privilegiado para contemplar los atardeceres. Son un regalo del que disponemos. Cada tarde, por unos minutos, el lienzo del cielo se llena de tonalidades rosas, violáceas, azuladas, celestes, grises…
10. Cigüeñas al salir el sol.
Con el sol levantando por oriente, las cigüeñas se disponen a proseguir su largo vuelo que las conducirá hasta tierras lejanas del sur.
11. La centaura menor.
Incluso en pleno mes de agosto, cuando el calor es asfixiante, hay plantas silvestres que ofrecen el tesoro de su colorido.
12. La bóveda de crucería.
La iglesia de Cuevas de Velasco cuenta con tres tramos de bóveda de crucería en la nave principal y, además, dos excelentes bóvedas, muy parecidas en la capilla bajo coro y en el coro.
13. Los membrillos.
Hace un par de años planté un membrillero en el patio. Durante el verano es fascinante ver cómo los frutos crecen día a día. Pero lo más espectacular es contemplar cómo el verde inicial se transforma en un amarillo dorado intenso.
14. Enigma bajo tierra.
En un corte del terreno, a casi un metro de profundidad, se encuentra esta veta de ceniza. La explicación a este fenómeno no es sencilla. Podría tratarse de una raíz profunda que fue requemándose tras un incendio. Hay varios lugares donde se puede ver este fenómeno.














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