LA
CARRASQUILLA
La Carrasquilla: una semiesfera perfecta. |
La
Carrasquilla es probablemente la abuela del pueblo, el ser vivo más
longevo que ha dado esta bendita tierra de Cuevas de Velasco. Está
ahí, clavada en la ladera desde Dios sabe cuánto y, si no ocurre
ninguna catástrofe, nos sobrevivirá a todos y seguirá viendo los
siglos pasar.
Aunque
en el pueblo se las llama carrascas, su nombre más común es el de
encinas y su apelativo científico Quercus ilex. Se
trata de un árbol mediterráneo, muy común en España, hasta el
extremo que se ha intentado declarar a la encina árbol nacional
español y solo se ha desechado la idea por su escasa presencia en
Galicia y su inexistencia en Canarias.
El árbol ha engullido en su crecimiento un peñasco. |
Se
explota como árbol productor
de bellotas para alimentar a las piaras extremeñas y es también muy
apreciada por la calidad de su leña.
La
encina se ha considerado desde antiguo y en varias culturas un árbol
sagrado. Así era entre los griegos. Existe la tradición de que la
cruz de Cristo era de madera de encina. Ya sea por esta razón o porque el marco es incomparable, una pareja de enamorados, descendientes de gente del pueblo, contrajo matrimonio bajo su cobijo.
Se
reproduce este árbol por sus frutos, las bellotas, que germinan bien
en tierra adecuada. Las bellotas a veces son transportadas por aves,
como los arrendajos, y escondidas como despensa de alimentos. El
olvido de estos zulos permite el nacimiento de nuevos árboles por
cualquier lado. Pero también se reproducen por tallos que surgen de
la raíz.
Abrazando al cielo. |
El
soberbio ejemplar de Cuevas de Velasco engulló en su crecimiento
rocas de gran volumen que hoy forman parte de su
tronco. La Carrasquilla
emerge de la tierra
en un gigantesco tronco que se abre a dos palmos del suelo en dos
grandes patas que a su vez se dividen en otras grandes ramas. La
aparición de una grieta hizo hace unos años temer por la escisión
del tronco del árbol por lo que se colocaron unos tensores para
aliviar la presión que las ramas ejercían.
El
paraguas de sombra
que proyecta es considerable, llegando a unos
20 o 25 metros metros de
diámetro. Desde siempre
hemos visto rebaños amparándose en verano bajo su cobijo.
La
Carrasquilla
es un bellísimo árbol en forma de pompa gigantesca, proporcionado,
de porte armonioso y magnífico. Acomoda
su postura a la inclinación de la ladera. Y
resulta llamativo verla anclada en esta tierra áspera y árida,
cuando otros ejemplares notables de su familia crecen en praderas y
en lugares de tierras muy fértiles.
Maromas y tensores para evitar su escisión. |
La
Carrasquilla ha dejado ya su legado en forma de una nutrido grupo de
ejemplares que circundan al árbol matriz, alguno de los cuales
comienza ya a gallear al lado de la gran encina de cuya raíz ha
surgido.
La
edad de la carrasquilla es un enigma. Su perímetro en la base puede
llegar a los cinco o seis metros y el de las grandes ramas a más de
dos metros. El hecho de estar situada en un terreno áspero y seco y
en ladera puede haber retardado su crecimiento. Podría tratarse de
un ejemplar más viejo de lo que parece y sobrepasar los cuatro
siglos cumplidamente. Al fin y al cabo 300 o 400 años son la edad de
la plenitud de una encina y la de Cuevas de Velasco se encuentra en
su apogeo.
Prodigio de árbol en la ladera. |
Hacemos
una llamada a todos para que se acerquen a conocer este árbol
monumental y también para que se esté alerta para protegerla y para
legarla a las generaciones
venideras en las mejores condiciones posibles.