EN TIEMPOS DE LOS CARTAGINESES...
Cerro de Castejón |
Cuando buscamos fuentes de los últimos cinco siglos para desentrañar algo de la historia de Las Cuevas de Velasco, nos resulta complicado dar con informaciones fidedignas y bien documentadas. Y a medida que nos alejamos hacia tiempos más remotos, resulta poco menos que imposible hallar datos valiosos y sólidos.
La protohistoria de Las Cuevas de Velasco hay que reconstruirla, pues, estudiando los principales sucesos que afectaron a estos territorios y que aparecen descritos en las fuentes clásicas, sin olvidar, por supuesto, los descubrimientos que en el futuro puedan ir arrojando posibles estudios arqueológicos de la zona.
Las primeras referencias escritas del devenir de lo que hoy es la provincia de Cuenca, aparecen en las fuentes romanas y se refieren a las incursiones de los cartagineses en los territorios de oretanos y olcades, hacia el siglo III a de C.
Aunque hablar de límites precisos es casi una entelequia, hoy se da por sentado que el territorio de los olcades ocupaba una buena parte de la provincia de Cuenca. En los albores de la historia, el curso alto del río Mayor perteneció a este pueblo primitivo, al que unos catalogan como celtíbero y otros como celta.
Mapa de la península en tiempo de la dominación cartaginesa |
El cartaginés Asdrúbal se ocupó de ir extendiendo su dominio sobre todo el territorio de los olcades y de otros pueblos celtíberos. Las tierras al sur del Ebro correspondían a los cartagineses, según el pacto con Roma. Y se sabe que muchas tribus fueron incorporadas al dominio cartaginés mediante pactos, mientras que otras fueron sometidas por las armas.
En el lugar en el que hoy se asienta Cuevas de Velasco, probablemente no había poblado alguno. Era el tiempo de los oppidum, en que los núcleos habitados se levantaban en lugares inexpugnables, bien protegidos. Sin embargo sí existió en tiempo de los cartagineses alguna pequeña aldea encaramada en los cerros que circundan la vega. El reconocimiento superficial de la zona, nos indica que en el cerro Castejón, donde aparece cerámica antigua, hubo un fortín cuyas trazas son perfectamente compatibles con la segunda Edad del Hierro. Otro indicio notable de la presencia humana en el valle del Mayor es la necrópolis de la loma de la Estación.
Valverde. A la derecha, el cerro de Castejón |
Existe también un extraño lugar en el llamado Pulpitilo, una especie de fortificación o encastillamiento antiguo, aunque, por sus reducidas dimensiones, dudamos que pueda asociarse a un enclave permanente habitado.
Cerámica encontrada en superficie por el cerro Castejón |
Todos estos valles fueron anexionados a las posesiones cartaginesas de la península después de la toma y destrucción de la capital de los olcades.
Sucedió, según narra la historia, no exenta de cierta contaminación legendaria, que el cartaginés Asdrúbal capturó a un reyezuelo olcade, llamado Tagum, y ordenó crucificarlo impidiendo que se le rindieran honores mortuorios, como era preceptivo entre estas tribus bárbaras de la Celtiberia. Y un criado fiel al rey ejecutado se vengó de su señor asesinando a cuchilladas al general cartaginés Asdrúbal. De este modo llegó Aníbal al poder con poco más de 20 años de edad y ordenó una operación de castigo contra los olcades, acción bélica que terminó con la toma y destrucción de Althia, ciudad más próspera y emblemática de los olcades. Sucedió esto en el año 221 a de C.
El asalto de Althia por Aníbal, con la toma de esclavos y la posterior destrucción de la ciudad, llenó de espanto a todos los poblados olcades, quienes se apresuraron a rendirse al cartaginés, el cual los convirtió en tributarios. El importante botín llevado a Cartagena por Aníbal da una idea de la prosperidad que debieron haber alcanzado los olcades.
Fosos de Bayona (Huete) Posible ubicación de Althia |
¿Dónde estaba Althia? Hoy se apuntan dos emplazamientos como posible ubicación de aquella mítica ciudad olcade. Por un lado se habla de Alconchel de la Estrella, pueblo de la Mancha conquense, y por otro, se da también como probable el lugar llamado Fosos de Bayona, perteneciente a Huete. En ambos lugares pueden verse hoy potentes yacimientos arqueológicos pertenecientes a ciudades fortificadas de la antigüedad.
Las expediciones de Aníbal hasta las cabeceras del Tajo y del Júcar mantuvieron la fidelidad de las aldeas olcades hasta la llegada del poder romano a la península.
(Mapa y algunas ifnormaciones tomados de: Caput Celtiberiae: Las tierras de Cuenca en las fuentes clásicas. Enrique Gonzalbes Cravioto)