jueves, 29 de noviembre de 2018


      CUEVAS DE VELASCO, TERCERA GUERRA CARLISTA 




Las guerras carlistas tuvieron lugar en España, en el siglo XIX. Al no tener el rey Fernando VII descendencia masculina, abolió la Ley Sálica, que impedía gobernar a las mujeres, para que su hija, Isabel II, accediera al trono. Sin embargo los partidarios del hermano del rey, Carlos María Isidro de Borbón, reclamaron la corona. Las aspiraciones de este y sus herederos desencadenaron tres guerras en las que acabaron entrando en juego una serie de factores que iban mucho más allá de la simple aspiración a la corona. 


Ya se habían registrado importantes acontecimientos en Cuevas de Velasco, tanto en la primera guerra carlista (1833-1840) como en la segunda (1846-1849). La tercera guerra dejó en nuestro pueblo una curiosa secuencia que traemos a las páginas de este blog. 

La tercera guerra carlista había estallado en el año 1872, y, aunque se desarrolló en su mayor parte por Cataluña, Navarra y Vascongadas, llegó a Cuenca con fuerza y con resultados desastrosos. La capital de nuestra provincia fue tomada en dos ocasiones (1873 y 1874), la segunda de las cuales ha pasado a la historia como “el saco de Cuenca”. 



La prensa de la época señala una acción que tuvo origen en Cuevas de Velasco durante el transcurso de esta contienda. Concretamente se refiere al levantamiento de una partida de Carlistas. Este hecho carece de trascendencia militar, claro está, pero resulta curioso porque su secuencia está recogida con detalle en la prensa de la capital de España. 

A continuación presentamos las noticias, tal como se sucedieron en aquellos días del mes de marzo del año 1873, poco después de haberse proclamado la 1ª República. 




Periódico “La Correspondencia Española”. 7 de marzo de 1873 

Según parte del alcalde de Cuevas de Velasco, ha aparecido una nueva partida en el término de este pueblo. Se disponen fuerzas de voluntarios para que salgan a combatirla. La componen unos cuarenta hombres armados, y han salido en dirección a Villar del Maestre. 


Periódico “El Imparcial” 

En Cuevas de Velasco, Cuenca, se levantó anteanoche una partida de 40 hombres que se entretuvo en dar vivas a Carlos VII, y marchó para Villar del Maestre. 




Periódico “El Pensamiento Español”. 8 de marzo de 1873 

En Cuevas de Velasco, pueblo de la provincia de Cuenca, se presentó anteanoche, a las doce, un grupo de 40 hombre armados dando vivas a Carlos VII, dirigiéndose desde allí a Villar del Maestre. Inmediatamente que el Gobernador tuvo noticia del suceso, mandó que salieran varios cuerpos de voluntarios en persecución de los insurrectos, pues no había fuerza de Guardia Civil de que disponer, y telegrafió al Ministerio de la Gobernación para que le proveyesen de fondos para racionarlos. 


Periódico “La Regeneración”. Madrid. 8 de marzo de 1873 

En Cuevas de Velasco se levantó anteanoche una partida de 40 hombres que dio algunos Vivas a Carlos VlI, y marchó enseguida para Villar del Maestre. En Villar del Maestre (Cuenca) se ha levantado una partida de 20 hombres mal armados, y algunos con boinas, que se dirigen á Villarejo de la Peñuela . Los voluntarios de Cuenca han salido a combatir la facción levantada en Cuevas de Velasco. 

Dibujo sobre el saqueo de Cuenca  por las tropas carlistas. 1874


Periódico “La Igualdad”. Madrid. 10 de marzo de 1873. 

La partida carlista que se había presentado en Cuevas de Velasco (Cuenca) se encuentra casi disuelta , gracias a la activa persecución del ejército. 


Periódico “El Imparcial”. Madrid. 11 de marzo de 1873 

La columa de la Guardia Civil de la provincia de Cuenca ha derrotado en Cuevas de Velasco á la facción de Lázaro Gómez, haciéndo algunos prisioneros. 


Periódico “El Imparcial· Madrid. 14 de marzo de 1873 

Con las derrotas sufridas por las facciones de Cuenca en Buendía y Cuevas de Velasco, ha quedado completamente libre aquella provincia de partidas carlistas. 

Fusilamientos en Cuenca, por las tropas carlistas. 1874



Periódico “El Pensamiento Español” Madrid. 19 de marzo de 1873 

Hoy deben llegar a Madrid nuevos prisioneros carlistas procedentes de Cuenca. Acerca de ellos cuenta La Reconquista la siguiente iniquidad de la que han sido víctimas : “Las partidas que salieron después de la de Castillo en Cuevas da Velasco, provincia de Cuenca y Villar del Maestre y otros pueblecillos limítrofes se acogieron a indulto en su mayor parte pidiendo este a los alcaldes de los pueblos respectivos, y concedido por los mismos, mandaron que se retiraran a sus casas; pero a los tres o cuatro días se presentaron columnas de Guardia Civil que han hecho prisioneros a todos los indultados, llevándolos a Cuenca, y hoy o mañana llegarán a Madrid. Este es un proceder inicuo. 

En los pueblos por donde pasan, desde Cuenca hasta Arganda, adonde llegaron anteayer, los han obsequiado los vecinos, hasta el extremo de ponerles carros para el tránsito. 

Monolito que había en el lugar que luego ocupó el ICONA, conmemorativo del saqueo de la ciudad de Cuenca y de los fusilamientos por las tropas carlistas.



domingo, 25 de noviembre de 2018

             TRES PINOS QUE HAY QUE PROTEGER 


Proponemos incorporar al catálogo de árboles monumentales de Cuevas de Velasco tres nuevos árboles, concretamente dos pinos que se hallan en la Mesada, en la falda del Cerro llamado de Isaías (también de la familia Tarín), y el gran pino piñonero de Los Palomarejos. 


LOS DOS PINOS DE VALVERDE 
Se trata de dos pinos magníficos que incomprensiblemente se han salvado de las numerosas talas que se han venido practicando en nuestros montes. Seguramente han llegado a nuestros días porque no están dentro de los montes públicos sino en dominio privado. 





Los dos presentan medidas similares a la altura del pecho de una persona: 3.30 m de circunferencia, lo que da un diámetro de más de 1 m. El primero, situado más arriba, en los límites de la parcela paralela al camino, según se sube por la Mesada, es más esbelto y alcanza probablemente los 25 m de altura. Su tronco, regular y limpio se abre en dos grandes ramas a los 3 m de altura. El segundo, situado a dos centenares de metros, ofrece un aspecto más achaparrado, pero su formidable tronco proclama una edad superior al siglo. 



Estos dos árboles son excepcionales porque desde que se tiene memoria en este pueblo ha habido talas sistemáticas de coníferas, por lo que encontrar ejemplares de más de un siglo es realmente raro. 

Los viejos decían que los pinos más altos y derechos se encontraban en el Hoyo de Juan Rubio, paraje situado justamente enfrente de donde se hallan estos dos ejemplares. 



Como aún se siguen practicando talas de pinos, será preciso estar atentos para que, venga la iniciativa de donde venga, estos dos bellos árboles se respeten. 

Aunque es complicado averiguar la edad de un árbol, es más que probable que estos dos gigantes de nuestros montes existieran ya en tiempos de la reina Isabel II, hacia finales del siglo XIX. 




Les damos la bienvenida al catálogo de árboles monumentales de nuestro pueblo, como la Carrasquilla, la Sabina de la Huerta, el Roble del Lavadero o el Chopo del Vallejuelo. 


EL PINO PIÑONERO DE LOS PALOMAREJOS 
El pino que se yergue en Los Palomarejos es un ejemplar robusto de la subespecie de pino piñonero. Su tronco es recto hasta unos tres metros en que estalla como una carcasa de fuegos artificiales y se abre en un auténtico laberinto de ramas.

 

Sus dimensiones son muy parecidas a las de los árboles mencionados, es decir, unos 3.30 metros de circunferencia a la altura del pecho de una persona y algo más de 1 m de diámetro. 

En este caso, hablando con Florencio en un apacible atardecer en la traviesa de la calle del Viento, le nombré este pino y me asegura que lo plantó su abuelo y que tiene ahora justamente 150 años. Así que , si tal observación es correcta, este ejemplar se plantó hacia el año 1868. Según Florencio, a su abuelo le gustaban mucho los piñones y decidió plantar un pino piñonero, pues entonces no había en el término de Cuevas de estos árboles. 



Hoy en día este hermoso pino se distingue desde lejos por su copa en forma de gran burbuja, su intenso verdor, distinto al de los demás ejemplares y la perfección de su tronco. Además, al igual que sucede con La Carrasquilla, este ejemplar también ha generado una prole bastante numerosa, pues a su alrededor, en unos 50 m de diámetro se cuentan más de una veintena de ejemplares de la misma especie, algunos ya convertidos en árboles adultos. 



El respeto y la veneración por los árboles caracteriza a los pueblos cultos y sensibles. Es tarea de todos tomar conciencia de ello y tratar de hacer que todos lo entiendan.

sábado, 17 de noviembre de 2018




                                UNA ROCA MISTERIOSA 


Dos pozas de traza geométrica regular, excavadas en una roca que se halla sobre la loma.


Hay una loma en medio de la vega, por la parte del Camino de la Virgen, más concretamente entre la Huerta de los Tejeros y el Batán, entre el río y el ferrocarril. En sus inmediaciones planta tomates José Luis. 

Loma exenta sobre la cual se encuentra la roca.


Se trata de un montículo al que se asciende en apenas tres minutos. No hay vegetación, salvo un enebro viejo, un par de pinos pequeños, tomillos, estepa y algunos matojos. Desde la cúspide de este cerrete se tiene una vista privilegiada de la vega, también del vallejo de Valverde y de Las Cañadas y la Bisaya. 

Panorámica de la Vega, desde la loma del Batán.
Vista de Valverde desde la loma.


Una extraña roca, que parece fuera de su lugar, al lado del enebro, nos ofrece unas curiosas cazoletas, acaso las más elaboradas y excepcionales de todas las que hemos visto por el término de Cuevas, que son muchas y muy variadas. Se trata de dos cazoletas con forma cuadrada, una superficial y otra más profunda. Están dispuestas de tal manera que quedan unidas por uno de los vértices. Si se vierte agua, o cualquier líquido por la menos profunda, caerá a la fosa contigua. 

Los dos hoyos son cuadrados.


Con este tipo de trabajos en piedra hay que tener precaución, pues conocemos bien las costumbres ancestrales de los pastores, quienes practicaban este tipo de pozas para poder disponer de ellas como reservorio de agua en caso de necesidad. 

La roca con las cazoletas se halla bajo un viejo enebro.


Sin embargo, en este caso, la precisión del trabajo es alta y la disposición de los dos pequeños depósitos parece haber sido estudiada a conciencia, para poder comunicarlos por una de las esquinas. Además, en la misma roca hay pequeñas cazoletas como otras de las que hemos podido encontrar por los parajes de Cuevas. 

Las dimensiones aproximadas de cada uno de estos dos depósitos minúsculos son: 14 cm de lado x 12 cm de profundo el más hondo , mientras que el otro apenas llega a los 5 cm de calado. 

Aspecto del par de cazoletas con el canal que las une.

Sobre la misma roca pueden verse otras cazoletas irregulares y poco profundas.


¿Se trata de pozas de pastores? ¿Son hoyos con otra utilidad? Es difícil aventurar cualquiera de las dos opciones. La hechura de estas cazoletas es muy precisa, cosa extraña, y el lugar en el que se encuentran, en una loma dominando los alrededores, hace pensar en una piedra de cultos antiguos. Probablemente desde aquí se oficiara alguna ceremonia en tiempos pasados. Las pozas servirían para abluciones, aspersiones u otros rituales.

viernes, 9 de noviembre de 2018




OTOÑO EN CUEVAS DE VELASCO

Rótulo realizado en Valdecarrizoso con frutos del espino albar y bellotas.

Caos bellísimo en el cielo de otoño

Ocaso de tonos rojos, azafrán, naranja... bajando a Castillejo.


El espino albar, rey de los arbustos de otoño, con sus frutillas encarnadas.


Campos de otoño, desde el cementerio.


Las bayas del espino albar son comestibles, aunque sin valor gastronómico. Los niños deben evitarlas.


Caminos de la tarde de otoño.

El espino nos brinda dos espectáculos magníficos, el de su floración y el de sus frutos.



Altas hierbas, agostadas, al lado del camino.


Aspecto del atardecer, desde el río.


Las últimas moras, otra reserva de alimento para los pájaros.


Las calaveras son una costumbre nuestra, auténtica y ancestral.


Taller de calabazas en las escuelas.


Los puches son una delicia de nuestra gastronomía.


Tarde de otoño, desde la fuente del Sordillo.


Puesta de sol, desde la Peña.