CAMBIOS
EN LOS NOMBRES DEL PUEBLO EN LOS ÚLTIMOS 4 SIGLOS
CAMBIOS
EN EL NOMBRE DEL PUEBLO EN LOS ÚLTIMOS 4 SIGLOS
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Desde
sus orígenes hasta el siete de marzo de 1679
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Cuevas
de Cañatazor
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El
día diez de marzo de 1679 aparece como..
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Cuevas
de Velasco
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En
el año 1699 nuestro pueblo figura como...
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Cuevas
de Cañatazor y Velasco
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Desde
el año 1705 hasta el año 1718
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Las
Cuevas del Rey
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A
partir del año 1718 se denomina...
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Cuevas
de Velasco
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Desde
el año 1810 hasta el año 1814 se denomina...
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Cuevas
del Rey
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A
partir del año 1814 se llama de nuevo ...
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Cuevas
de Velasco
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Desde
el día 19 de octubre de 1976 (solo a efectos de
ayuntamientos y juzgado)
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Villar
y Velasco
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Después de la invasión napoleónica, la derrota de las tropas francesas en Bailén forzó al Emperador a entrar en España con un ejército de 200.000 hombres con el fin de reponer a su hermano José I en el trono de Madrid.
Durante su estancia en Madrid, el emperador Napoleón promulgó los llamados Decretos de Chamartín que suprimían la Inquisición, disolvían el Consejo de Castilla, arremetían contra el excesivo número de frailes y, por lo que nos interesa a nosotros, abolía la jurisdicción señorial, declarando que no habría más jurisdicción que la real.
Creemos que fue a raíz de este decreto cuando se determinó cambiar el nombre de Cuevas de Velasco por el de Cuevas del Rey.
En el 7º libro de bautismos de la parroquia de la Asunción de Cuevas de Velasco puede observarse este cambio de nombre que se mantuvo desde el año 1810 hasta el año 1814.
Resulta curioso ver los malabarismos que los curas de la parroquia realizaban hasta adoptar el nuevo nombre. Se refieren al pueblo como “Cuevas del Rey, anteriormente llamado de Velasco”, “Cuevas del Rey, alias Velasco”, “Cuevas de Velasco o del Rey”…, mientras que en otras anotaciones se opta por eliminar el segundo nombre: “En la villa de Las Cuevas”.
Pero lo cierto es que durante más de tres años se usó exclusivamente Cuevas del Rey.
Los cambios de nombre más antiguos de los que se tienen noticia habían tenido lugar ya en los siglos XVII y XVIII. Antonio Ballesteros los recoge bien en su libro Historia de Las Cuevas de Velasco.