domingo, 2 de octubre de 2016



                                            VIEJAS   PALABRAS


Ofrecemos una nueva entrega de palabras pertenecientes al léxico de Cuevas de Velasco. 
Sería un error considerarlas solamente palabras de gente inculta, pues algunas son bellísimas y aportan soluciones muy precisas para nombrar diferentes cosas.



Afolinchar 

1. intr. Emplear tiempo y esfuerzo en una tarea sin obtener grandes resultados. Bregar mucho y rendir poco.

La única noticia sobre esta palabra la hemos encontrado en la red, en un compendio del habla de Fuertescusa, pueblo de Cuenca.


Agonías

1. m. Persona derrotista. Individuo pesimista. Sujeto que ve siempre las cosas negras, agranda indicios negativos y exagera adversidades antes de que lleguen.

Cor. Del lat. AGONIA, ‘lucha’, ‘angustia’.



Ánima

1. f. Persona vestida de negro, con la cara tapada que realiza petitorias en favor de la Hermandad de las Ánimas durante la celebración del Carnaval. Suelen ir en pareja y llevan siempre un vastugo para ahuyentar a los muchachos, pues es tradición que no deben desvelar su identidad. Llevan una campanilla para anunciar su llegada, un monedero y una cesta para recibir los presentes.

He oído la campanilla; prepara unas monedas que vienen las ánimas.

Drae. Del lat. ANĬMA, y ésta del gr. ανήμοσ, ‘soplo’.



Aparranarse 

1. intr. Arrellanarse. Acomodarse en algún asiento, banca o lecho de forma relajada y despreocupada.

Venga, hombre, que hay mucho que hacer y estás ahí aparranado todo el día en la banca.

Cor. No apunta un origen seguro, pero sugiere el étimo PARRA, en cuyo caso las soluciones apanarrarse y panarro se habrían producido por metátesis.

Rae. Aporta el término panarra, ‘hombre simple, tonto’. En el Rae de 1737 se definía panarra como ‘simple, mentecato, dejado y flojo’.



Baile de la Carrasquilla

1. m. Baile común a varios lugares, perteneciente también al folclore del pueblo de Cuevas antiguamente.


Es el baile de la Carrasquilla
Que es un baile muy disimulado
Que en hincando la rodilla en tierra
Todo el mundo se queda parado.

A la vuelta a la vuelta, Madrid,
Que ese baile no se baila así,
Que se baila de espaldas de espaldas.
Señorita menea las faldas,
Señorita, menea los brazos
Y a la media vuelta se dan los abrazos.



Berchín

1. m. Seta venenosa de tallo delgado y frágil, con sombrerillo en forma de apagavelas. Es muy común en las umbrías de lugares despoblados, ruinas y alrededores de los pueblos.

Ninguno de los textos consultados informa sobre este término.


   
                         


Brochero 

1. m. Agujero de grandes dimensiones practicado en una superficie. Herida importante.

Manuel Gargallo en su estudio Notas léxicas sobre el habla de Tarazona y su comarca, menciona la voz brochalera, ‘herida alargada con hematoma’.



Cachoza

1. f. Choza. Cabaña. Construcción de niños para ocultarse y para realizar sus juegos a cubierto.

Los chicotes están haciendo una cachoza en el arreñal.

Hemos encontrado esta voz en el Diccionario galego-castelán, de X. Luis Franco Grande, donde se define como ‘cueva debajo de las raíces de algún árbol, que sirve de abrigadero’. Es perfectamente reconocible la voz choza, por lo que habría que pensar que se trata de la mencionada palabra con la prótesis ca- que podría ser un prefijo con el valor de casa.


Cáncano 

1. m. Insecto, piojo, pulga.

DRAE. Explica que esta voz es coloquial y de origen incierto.

Cor. Cáncano puede tener su origen en el lat. CANCER, CANCRI, ‘cangrejo’, con paso de cancro a cáncaro y a cáncano. Sugiere que puede tratarse de una comparación semántica irónica de los piojos con otro mal de mayor gravedad.

En Cuevas se usa como eufemismo para evitar el término piojo

                              


Dormido 

1.m. Bollo muy típico de Cuevas de Velasco con aspecto tostado por fuera y por dentro con la textura de un bizcocho jugoso, dulce y esponjoso.

Voy a mojar esta miaja de dormido en vino, que hay que ver lo rico que está así.

Recibe el nombre de dormido porque la masa se dejaba reposar, dormir, durante la noche.

Los ingredientes para una canasta son: 1´5 l de aceite de oliva, 1´5 l de agua, 750 gr de azúcar, levadura, 1 docena de huevos, lo que admita de harina. Para la preparación se pone en un recipiente la harina y se añade el aceite, tibio, los huevos batidos, el agua, el azúcar y la levadura. Se amasa como para el pan: No conviene dejar la masa demasiado correosa ni demasiado tiesa. Se tapa el barreño y se espera hasta que suba la masa. Luego se hacen los dormidos, ovalados o redondos, y se sientan sobre papel untado de manteca. Untar por encima con huevo batido y azúcar. Cocer en el horno hasta que estén bien dorados.

Se solían hacer para la siega y se servían como desayuno a segadores y acarreadores con un buen vino o con anís. Para las fiestas de El Cristo, en bodas o grandes celebraciones se tomaban con chocolate.

                      


Flic /flis

1. m. Aerosol, ambientador o insecticida. 

Se trata de una popular marca de insecticida que se popularizó el siglo pasado. Venía en un aplicador de latón recargable. El producto comercial se llamaba flit. Por lo insólito de la terminación en español acabó rebautizándose como flis o flic.
                      


Garrilla

1. f. Mano de un niño, dicho de forma cariñosa y no exenta de ternura.

Los nenes están en la fuente, con las garrillas en el agua, raneando.


Gigante bolilla

1. Expresión usada en las frases “llevar alguien a gigante bolilla”, “ir a gigante bolilla”, “montar a gigante bolilla” y otras con estructura semejante. Significa que se sube a un niño a horcajadas sobre el cuello del adulto, sujetando sus manos con las del adulto y con las piernas cayendo sobre el pecho de la persona mayor.

Debe tratarse de una creación local pues no lo encontramos en ningún texto. 


Gurrupéndola 

1. f. Oropéndola. Ave de tamaño mediano, de plumaje amarillo con las alas y la cola negras. Cuelga su nido con hebras y espartos de una rama horizontal, a modo de un columpio. Su canto es muy característico consistente en un potente silbido con dos o tres registros.

La gurrupéndola hace el nido en la Rivera.

Esta palabra tiene relación con el término empendolar, pues procede de la misma raíz. Su forma peculiar en Cuevas parece el resultado de una creación expresiva. Encontramos por otros lugares tanto gurrupéndola (Aragón) como guropéndola (Extremadura).

Cor. Del lat. AURUM, ‘oro’ y PENDOLA, ‘pluma’, es decir ‘pluma de oro’ o ‘pluma dorada’, aludiendo al color del plumaje del ave. Afirma Cor. Que debió existir en lat vulgar un término *AURIPENNŬLA, ‘oropéndola’.


                            
Hornillo

1. m. Cavidad en forma de cilindro excavada o construida generalmente en un declive, con una capacidad aproximada de entre cuatro y seis mil litros, abierta de arriba abajo por un cuarto de su superficie lateral, que servía para quemar piedra caliza con el fin de obtener yeso y cal. En el interior de este hueco cilíndrico se colocaban las piedras, formando una bóveda y dejando bajo ella un hogar u hornacha donde quemar el combustible, leña, con el que se calentaban las piedras recogidas por las inmediaciones del hornillo o por cualquier paraje del pueblo. Sometidas las piedras a altas temperaturas durante varias horas, perdían su consistencia al evaporarse el agua y se deshacían con relativa facilidad, obteniendo así el yeso para las construcciones.

Se decía “quemar una caña de hornillo”.
                            









No hay comentarios:

Publicar un comentario

Deja aquí tu comentario. Gracias.