miércoles, 9 de enero de 2019


       SENDERO DE CORTO RECORRIDO EN CUEVAS
 
Monte de Abajo. Pinada. Lugar donde se escinde la pista que baja hasta el Reajo.

Sigue adelante el proyecto de apertura del primer sendero oficial de Cuevas de Velasco. Próximamente tendremos noticias de su autorización por el organismo competente. 

El sendero parte de Cuevas de Velasco, pasa al lado del lavadero, sube por La Duz, recorre la Edesa y parte del Monte de Abajo para descender a la vega por El Reajo. Luego toma la carretera y sube por La Carrasquilla y la Cruz del Cura. 

Captura del SigPac con el trazado del sendero.


El recorrido es circular y consta de unos 8 km, que, dado el perfil bajo de dificultad, puede ser realizado por cualquier persona en buenas condiciones físicas. La duración del trayecto estará entre los 96 y los 150 minutos, dependiendo de las paradas o descansos. 

A lo largo del itinerario se instalarán varios paneles en los puntos de más interés. En dichos paneles se explicarán de forma breve los valores culturales, ecológicos, históricos o de otra índole de cada uno de los hitos seleccionados, entre los que están: el Lavadero, La Edesa, Las tumbas de la vega, la Carrasquilla y la Cruz del Cura. 

Lavadero.

Chopera de la fuente de El Caño.

Aspecto de la pinada por donde discurre el sendero.

Carrasquilla.


Se indicará ingualmente la posibilidad de realizar una extensión para observar las tumbas de Valdemarón e, incluso, las de la Losa, además de las del Reajo, por donde discurrirá el sendero. 

En el verano de 2018 visitaron el pueblo dos empleadas del organismo FEDER, con el fin de dar curso a los trámites y poder incluir este sendero de Cuevas en los presupuestos. Fueron acompañadas por personas del lugar hasta la fuente de El Caño, la Cruz del Cura y la Carrasquilla. 

Trabajadoras del FEDER con personas del pueblo.

Recientemente se ha solicitado una relación de fincas por las que atraviesa el sendero, dándose la circunstancia de que, al requerir a sus dueños para que firmasen su autorización, la mayoría desconocían que eran propietarios de tales terrenos, hoy día cubiertos de pinar y monte bajo. 
Contemplando la Carrasquilla.

Los trámites principales están ya realizados y falta esperar la dotación económica del proyecto para poder inaugurar este sendero de corto recorrido. 

A través de estos senderos todo el mundo tiene la ocasión de conocer mejor la naturaleza de nuestro entorno, así como descubrir otros lugares de interés histórico, curiosidades etc. 

Vega de Cuevas de Velasco.


miércoles, 2 de enero de 2019

                           LA CALLE DE LAS CUATRO JOTAS 



En Cuevas de Velasco hay calles con nombres de plantas o flores, como el Clavel, el Olivo, el Paraíso, Atocha o el Olmillo; calles que hacen referencia a personajes o asuntos religiosos, como el Calvario, la Soledad, San Luis o la Iglesia; algunas que se refieren a fenómenos meteorológicos o puntos cardinales, como el Viento, el Norte, el Mediodía… Pero existe una calle de nombre enigmático, la calle de Las cuatro jotas, que se encuentra situada al final de la calle de la Soledad, a la izquierda, saliendo hacia Villar del Maestre. Es la última de las callejuelas que sube hacia las eras. 

Calle de Las cuatro jotas.

A la izquierda, almacén que ocupa el lugar de la casa donde se supone que habitaron las brujas.


Hoy día en esta calle solo se observa un corralón con una tinada, a la izquierda y un almacén, a la derecha. Más hacia arriba, camino de las eras, existen algunas cuevas. Sin embargo sabemos que hubo en ella varias casas. Nosotros conocimos aún una de ellas habitada. 

Habrá que remontarse a los tiempos en que el pueblo tenía más de 800 habitantes, cuando, según se dice, llegaban las casas hasta Las Cruces. Y, aunque estas informaciones a veces se magnifican, hoy sabemos que por aquella zona, así como enfrente de la casilla de la luz hubo viviendas, pues se han descubierto restos de pavimentos y de muros de construcciones. También en una de las eras que hay frente al depósito del agua se descubrió un sótano. En aquel tiempo, con toda seguridad, la calle de Las cuatro jotas contaría con varios vecinos. 

Ilustración a propósito de la brujería.


Una antigua leyenda explica el porqué de ese nombre tan curioso. Al parecer en dicha calle hubo una vivienda cuyas moradoras eran cuatro mujeres, todas ellas portadoras de nombres que comenzaban por la letra “J”. Las cuatro jotas atendían por los nombres de: Juana, Jacoba, Jovita y Julianilla. 

Hasta aquí, como ven, no hay misterio. Incluso parece muy lógica la explicación. Pero los apuntes que nos llegan enredados con la leyenda son ciertamente inquietantes. 

Hay en la historia de nuestra lengua, el español, un periodo en el que, al menos en la escritura, se confundían dos letras, la J y la X. De ahí que podamos aún hoy ver escrito Méjico y México o Tejas y Texas. No sería nada extraño que las cuatro “jotas” en realidad fuesen las cuatro xotas, o “sotas”, es decir, cuatro mujeres desvergonzadas o, incluso, de vida licenciosa. Desde luego, si así fue, el lugar en el que se encontraba la mancebía era bien discreto. 

Escudo de la Inquisición en Cuevas de Velasco.


La otra versión que se da es más turbadora si cabe. Se cree que las llamadas “cuatro jotas” eran en realidad brujas, es decir, personas que poseían, o decían poseer, poderes paranormales, y se dedicaban a la sanación, la adivinación y otras actividades semejantes. Igualmente se afirma que tres de ellas eran del pueblo, las tres primeras, es decir: Juana, Jacoba y Jovita. La cuarta, Julianilla, había venido desde Bascuñana de san Pedro, según unos, o desde Villar del Águila, según otros. El caso es que se dice que esta última era la peor de todas. 

Ventana típica de la arquitectura alcarreña.


Habrá que situarse en esos siglos, del XVI al XVIII en los que la hechicería y las supersticiones gozaban del favor de mucha gente. Hay centenares de procesos seguidos por la Inquisición contra los practicantes de tales supercherías. 

Las cuatro brujas debieron desplegar sus artes en este pueblo. Y como quiera que es natural entre las brujas el realizar brujerías, pues se habla de si volaban o dejaban de volar. Y es más que probable que realizasen encantamientos, conjuros y curaciones e incluso que viviesen de ello. 

También nos han llegado noticias que hablan de los aquelarres que organizaban, al parecer en una cueva profunda que existe en el Castillo. 

Cueva donde se dice que tenían lugar los aquelarres.


Debieron cruzar el pueblo de forma silenciosa en noches propicias, para acudir al conciliábulo, allá en las entrañas de la cueva. En aquel lugar invocarían a los espíritus y realizarían sus liturgias. Y como era frecuente, emplearían hierbas y bebedizos alucinógenos. 

Del final de las cuatro Jotas nada sabemos a ciencia cierta. Pudo prenderlas la justicia y castigarlas. O quizás, como nos ha llegado hasta nuestros días, alguien incendió la casa en la que residían y huyeron volando sobre sus escobas.