viernes, 19 de septiembre de 2025



                        LOS COVACHOS DE VALAMELGO

                   FUERON CONSTRUIDOS POR MONJES.

  Se intentó entender las cuevas de muchas maneras, pero ninguna logró descifrar el misterio, hasta ahora.


Hacia la mitad del siglo VI d. C. llegó a las tierras de la Alcarria conquense fray Donato, un monje que venía huyendo desde el norte de África perseguido por los vándalos arrianos. Se estableció en la antigua ciudad romana de Ercávica, situada cerca de Cañaveruelas, a unos 35 km de Cuevas de Velasco. Venían con él 70 monjes y traían un valioso botín de manuscritos.

Puerta de unos de los habitáculos. La regularidad de su ejecución hace suponer que en esa habitación se alojaba alguien importante, ¿quizás el abad de la comunidad?


Donato creó una comunidad monacal a las afueras de la ciudad de Ercávica. Hoy se conservan, excavados en roca, los lugares de reunión y de culto que construyeron durante los primeros seis años. Pero hacia el año 571, Donato, el Africano, ayudado por una mujer noble llamada Minicea, fundó, a unos dos kilómetros de distancia del primer asentamiento, el monasterio Servitano. Este monasterio fue uno de los primeros en adoptar una regla y hoy se le reconoce una influencia notable en la sociedad visigoda de su tiempo.

La llegada de Donato a la Alcarria desató una oleada de seguidores del eremita por toda la comarca. Su vida ejemplar y su práctica del monacato primitivo heredada de los llamados Padres del Desierto despertaba verdadera admiración. El propio  Ildefonso de Toledo lo propuso como varón ilustre en su obra De viris illustribus, siendo el único no obispo de la relación de varones notables.

Todos los espacios están comunicados. Quizás bajo esa capa de polvo de siglos se oculten vestigios de aquel tiempo de rezos y vida ascética.


Los primeros eremitas eran individuos que se retiraban al desierto para vivir en soledad, apartados de la sociedad, buscando la vida contemplativa y ascética. Los continuadores de aquella tendencia adoptaron en nuestra tierra un modus vivendi semejante. A veces solos y en ocasiones formando pequeños eremitorios, se apartaban para dedicarse a una vida de austeridad, silencio, oración y trabajo. Vivían en chozas y oquedades naturales, aunque muchas veces construían ellos mismos sus habitáculos.

En la lejanía se diría que se trata de pequeñas oquedades naturales. Nada más lejos de la realidad.


Muchos pueblos de nuestro entorno cuentan con cuevas excavadas en las rocas areniscas tan abundantes por esta tierra. Podemos encontrar este tipo de cenobios primitivos en lugares como: Huete, Villanueva de Guadamejud, Moncalvillo de Huete, La Ventosa, Villar de Domingo García, Castejón y muchos otros lugares, la lista es interminable.

Eremitorios en Huete.

En cada lugar estos habitáculos para la vida de meditación y oración de los eremitas adopta unas formas específicas. En el caso de Cuevas de Velasco lo más llamativo es la altura a la que se encuentran estos eremitorios. No es posible el acceso a ellos sin escaleras, escalas o algún otro útil, como cuerdas de rápel.

En otros lugares se han reconstruido las escaleras para acceder los eremitorios.

Hemos detectado la existencia de estas cuevas, talladas por el hombre, en tres lugares: La Peña del Aguililla, Valamelgo y El Perdigón, cerca de la Peña Ahumada. En el primer caso hay una sola estancia, amplia, dividida en varios habitáculos por muretes de poca altura. En los otros dos casos podemos ver varios habitáculos que se comunican entre sí y que dan a alcobas más profundas. Se ven peanas, nichos y hornacinas, unas veces compatibles con alacenas o repisas, mientras que en otros casos se supone que servían para exponer imágenes o bien objetos de culto. También vemos espacios amplios destinados a acoger en ciertos momentos las ceremonias del grupo.

Espectacular panorama de las cuevas de El Perdigón a vista de dron.


La vida eremita había surgido en el Imperio Romano como reacción ascética frente al progresivo acomodo y materialismo de la práctica cristiana tras el Edicto de Milán (313). Donato y Eutropio, su sucesor en el monasterio Servitano, así como todos los eremitas que trataban de emularlos por nuestra región representan una etapa de transición entre los primitivos anacoretas y los monasterios ya regidos por reglas.

Enigmáticas cavidades cuya utilidad resulta complicado determinar. Podría tratarse de una alcoba y nichos o alacenas.

Donato murió en olor de santidad. Dicen las crónicas que fue enterrado en una cripta sepulcral a la que acudían las gentes para venerar su memoria y solicitar intercesión para sus problemas. El monasterio Servitano fue arrasado a mitad del siglo IX, cuando las tensiones con los invasores musulmanes se hacían insoportables. El último obispo de Ercávica (recordemos que en aquel tiempo la actual provincia de Cuenca contaba con tres obispados: Valeria, Ercávica y Segóbriga) se llamaba Sebastián y huyó hacia el norte, donde fue nombrado obispo de Orense en 866.

Las cruces negras señalan los lugares donde hay eremitorios en Cuevas de Velasco.

Si admitimos que estas cuevas fueron excavadas por eremitas en los siglos V al VIII, hay que replantearse la relación de estos primitivos grupos de monjes con las sepulturas rupestres de la Vega de Cuevas de Velasco, coetáneas a los eremitorios. Un vínculo que abre un horizonte apasionante y que abordaremos en un próximo artículo.




jueves, 18 de septiembre de 2025

 



                 74 TUMBAS EXCAVADAS EN LA ROCA

Tumba con acotadura para la tapa.

Tumba con nicho para la cabeza del cadáver.


Ya hablamos en su momento de las tumbas rupestres del término de Cuevas de Velasco (Cuenca). Lo dicho entonces sigue teniendo vigencia hoy (ver cuevasdevelasco.blogspot.com , entrada del martes, 27 de octubre de 2015).

Tras algunos hallazgos más, es preciso traer de nuevo a estas páginas la manifestación de los ritos funerarios altomedievales en nuestra tierra. Pese  a que van resolviéndose algunos enigmas, como el origen de estos sepulcros rupestres – hoy se sabe con seguridad que estos enterramientos se practicaron en la época altomedieval, entre los siglos V y IX d. C. – aún quedan muchos interrogantes que resolver en torno a estas prácticas funerarias.

Los nueve parajes de Cuevas donde se encuentran las tumbas: Los Palomarejos, Cerrillo de la Hoya Zapata, La Solana de Enmedio, Cerro Ribagorda, Cerro de la Nebrosa, La Losa, Valdemarón, La Sepultura y  El Reajo.

La primera cuestión consiste en localizar el poblado, alquería o vivienda que ocupaban las gentes que excavaron en la roca las sepulturas para sus muertos. Si consiguiéramos hallar siquiera alguno de los asentamientos, analizando los restos, podríamos precisar si eran gentes del periodo tardoromano, visigodo o mozárabe. Damos por sentado, eso sí, que los individuos que tallaron en roca las fosas mortuorias eran cristianos.

Tumbas partidas por el desprendimiento de parte de la roca en la que están excavadas.

Otro asunto que nos preocupa es si todas estas tumbas están debidamente censadas, localizadas y catalogadas por los responsables de arqueología. Y decimos esto porque después de un inventario superficial hemos encontrado nada más y nada menos que 74 sepulturas. A juzgar por el cómputo que ya hicimos hace más de diez años, suponemos que la maleza ha ido cegando varias más. De cualquier modo, tanto la práctica de depositar los cadáveres en tumbas cavadas en piedra, como la llamativa cantidad de enterramientos en un término municipal no excesivamente grande, creemos que deberían llamar la atención de las administraciones públicas competentes en materia de patrimonio cultural.

Tumba sin acotadura para la lápida.


Igualmente recordamos que, sobre los mismos espacios de los enterramientos se documentan también diversas estructuras talladas en roca, como: pozas, canalillos, vasos globulares de hasta 1 metro cúbico de capacidad, llamativas explanaciones, con posible fin cultual, las llamadas “camas de piedra”, especie de rebajes en forma de ángulos rectos, y otras intervenciones. Y todas estas manifestaciones, sin duda vinculadas a los enterramientos, constituyen un conjunto complejo de prácticas rituales cuya interpretación permanece pendiente de un estudio detallado que permita esclarecer su función exacta.

Vista aérea de un grupo de tumbas y de una posible zona de culto.


En lo que respecta a la gestión de todo este valioso patrimonio arqueológico, desde este blog proponemos tres líneas de acción: fomentar y estimular el estudio sistemático de estas necrópolis altomedievales; cuidar, conservar y proteger los yacimientos; y difundir y poner en valor estos vestigios como expresiones culturales funerarias de nuestros antepasados. Por tanto es preciso contactar con las autoridades competentes en patrimonio cultural (Dirección General de Cultura de Castilla la Mancha) e informar sobre estas necrópolis de Cuevas de Velasco. Probablemente tendrán ya noticia de ellas, pero puede que ignoren la magnitud y la importancia que pueden llegar a alcanzar en el conjunto de los enterramientos en roca de nuestra provincia.

La maleza va cubriendo las fosas. En este caso un enebro enraiza en la sepultura.

En la actualidad, la única indicación de la existencia de las tumbas la proporciona un cartel situado en el sendero de corto recorrido, en el peñón del paraje de El Reajo. Sugerimos que en ese lugar o bien al inicio del sendero, en el lavadero, se coloque un croquis a modo de plano arqueológico en el que queden señalados los nueve parajes en los cuales hay fosas. También proponemos visitas de los propios vecinos con personal experto a fin de tomar conciencia del valor de estas manifestaciones.

Parece que las tumbas fueron encaladas antes de depositar los cadáveres.

En cuanto a la tentación de acabar vallando los yacimientos arqueológicos, pienso que, hoy por hoy, ni es necesario ni conveniente. Justamente se trata de los contrario, es decir, de mostrar ese patrimonio a cuantos deseen verlo. Hubo un tiempo en que es posible que se destruyesen algunas de estas tumbas debido a la extracción de arena, pero hoy no existe tal peligro.

Finalmente, deseamos señalar la necesidad imperiosa de limpiar las tumbas antes de que el avance continuo de la hierba y los arbustos las invadan por completo.

La hojarasca colmata las sepulturas expuestas a la intemperie.
Algunos enterramientos están cubiertos de tierra.

La roca arenisca se erosiona con facilidad.



Todavía siguen hablándonos de cómo era aquella gente que sepultaba a sus muertos de esta manera.



martes, 9 de septiembre de 2025





                                     VOCABULARIO DE AQUÍ




Trapo, trapo. Onomatopeya del sonido de la zambomba. El término pertenece al amplio patrimonio semántico generado por los sonidos, como los nombres de los pájaros tatá o giria. También pertenece a este grupo el “buenpanhay”, canto de la codorniz en celo.

Lleva el nene más de media hora nada más que trapotrapo, trapotrapo. Si lo llego a saber no le hago la zambomba.



Ojarascal. Usado como término eufemístico en lugar de ojete, el ano.


Don Claudio tenía, por lo visto, una almorrana en todo el ojarascal y cuando andaba, aquel hombretón parecía una damisela haciendo ballet.


Chiflito. Existe el término chiflato, ‘silbato o pito’, pero en Cuevas se usa chiflito para referirse a una chifla o pita. También se usa para nombrar cualquier cachivache pequeño que tiene tubos o por el que puede circular aire o líquido generando sonidos. Solbito es un término sinónimo.


¡Qué castigo! ¡No puedo soportar ese chiflito ni un minuto más!


Alboroque. Convite que hacen el comprador o el vendedor para cerrar un negocio o alguien para compensar a otro por un trabajo o un servicio. Consistía en una invitación a unos vinos, un aguardiente…. Se hacía especialmente cuando se vendía ganado, caballerías, aperos, tierras, etc.
Este término está en el DRAE y no solemos traer aquí palabras que ya están explicadas en el diccionario, pero, dado que es un término muy bello y en desuso, lo proponemos como estímulo para su supervivencia.

Están de alboroque. Creo que ha vendido los seis gorrinos de engorde que tenía.


Gancho. Tras las trillas solían colocarse uno o dos ganchos con ruedas en los extremos. Servían para ir volviendo la parva.

No podemos echar los ganchos hasta que la parva esté algo fina.




Perdido / perdío. Se dice del terreno que antes estuvo cultivado pero se ha abandonado. Se suele usar el artículo neutro para designarlo.

Los jabalíes atravesaron la viña y luego siguieron por lo perdido hasta introducirse en el monte.

Picorota. Parte más alta de un árbol, montaña o cosa elevada.

Míralo, el gato se ha subido a la picorota del olmo y ahora no puede bajar.




Cata. En el pueblo tiene sentido de roza. Es verdad que cata, aplicado a la fruta (melones y sandías sobre todo) tiene un sentido también de “perforación de un cuerpo para probar el sabor, la maduración, etc..), pero en roza se ve más claro el significado, según el Drae. Sin embargo en Cuevas se usa también cata con el sentido de abrir un canal en el muro o en el suelo para meter tuberías, conducciones eléctricas etc.

Haz una cata en la pared para llevar el cable hasta el interruptor.




Remusguillo. Es un término extendido por la Alcarria al que se asocian varios significados, sobre todo: frío, fresco, relente..

Mujer, frío, lo que se dice frío no hace, pero sí se nota un remusguillo que anuncia que el verano ha terminado.

Gunchazo. En el Diccionario de Cuevas están gunchar y guncho, pero no gunchazo, que sería el golpe dado con el guncho.

Tengo el ojo a la funerala. Ayer me di un gunchazo tremendo.

Calzonear. En los juegos de cartas, arrebatar el tres con el as de la baraja. También se usa ahorcar, pero este otro término, calzonear, es muy de Cuevas. Por extensión, puede usarse para cualquier juego en que se produzca esta situación, es decir, que la carta de más valor se apodera de la siguiente de más valor.

Tengo muy mala suerte; es la segunda vez que me calzoneas el tres.



lunes, 8 de septiembre de 2025





                                    PASAPALABRA


En esta ocasión os invitamos a resolver este Pasapalabra con definiciones inspiradas en nuestro pueblo.



1. Con la A. Legumbre con la que se hacen las gachas.
2. Con la B. Objeto que se le pone en el hocico a los burros.
3. Con la C. Fuente junto al lavadero.
4. Con la D. Instrumento musical con el que se toca la danza.
5. Con la E. Piedra de yeso transparente.


6. Con la F. Instrumento para avivar la llama de la lumbre.
7. Con la G. Pájaro migratorio que hace los nidos de barro.
8. Con la H. Cerrillo cercano al pueblo donde según la tradición se ajusticiaba a los maleantes.
9. Con la I. Monumento más importante del pueblo.
10. Con la J. Pelele del Domingo de Resurrección.


11. Con la K. Una arroba tiene once y medio.
12. Con la L. Azada pequeña.
13. Con la M. Plato típico de Cuenca que se prepara con caza e hígado.
14. Con la N. Lugar donde las gallinas ponen los huevos.
15. Contiene la Ñ. Campo que produce uvas.
16. Con la O. Placetuela del pueblo.
17. Con la P. Cerradura que consiste en un pequeño cajón de madera con un pasador sobre el cual caen unas lengüetas.
18. Con la Q. Hermanos albañiles.
19. Con la R. Voz con la que se dirige el pastor a las ovejas.
20. Con la S. Descanso tras la comida.



21. Con la T. Aro de hierro con tres pies para poner sobre él al fuego las sartenes, calderos, etc.
22. Con la U. Paraje del pueblo situado tras el Hondo de la Tejera.
23. Con la V. Choza que se construía en la plaza para el baile.
24. Contiene la X. Palabra utilizada para denominar el material de los primeros objetos de plástico.
25. Con la Y. Juguete que se fabricaba con una cascarón de yeso y una cuerda.
26. Con la Z. Bebida hecha con vino, gaseosa, fruta y azúcar.