jueves, 18 de septiembre de 2025

 



                 74 TUMBAS EXCAVADAS EN LA ROCA

Tumba con acotadura para la tapa.

Tumba con nicho para la cabeza del cadáver.


Ya hablamos en su momento de las tumbas rupestres del término de Cuevas de Velasco (Cuenca). Lo dicho entonces sigue teniendo vigencia hoy (ver cuevasdevelasco.blogspot.com , entrada del martes, 27 de octubre de 2015).

Tras algunos hallazgos más, es preciso traer de nuevo a estas páginas la manifestación de los ritos funerarios altomedievales en nuestra tierra. Pese  a que van resolviéndose algunos enigmas, como el origen de estos sepulcros rupestres – hoy se sabe con seguridad que estos enterramientos se practicaron en la época altomedieval, entre los siglos V y IX d. C. – aún quedan muchos interrogantes que resolver en torno a estas prácticas funerarias.

Los nueve parajes de Cuevas donde se encuentran las tumbas: Los Palomarejos, Cerrillo de la Hoya Zapata, La Solana de Enmedio, Cerro Ribagorda, Cerro de la Nebrosa, La Losa, Valdemarón, La Sepultura y  El Reajo.

La primera cuestión consiste en localizar el poblado, alquería o vivienda que ocupaban las gentes que excavaron en la roca las sepulturas para sus muertos. Si consiguiéramos hallar siquiera alguno de los asentamientos, analizando los restos, podríamos precisar si eran gentes del periodo tardoromano, visigodo o mozárabe. Damos por sentado, eso sí, que los individuos que tallaron en roca las fosas mortuorias eran cristianos.

Tumbas partidas por el desprendimiento de parte de la roca en la que están excavadas.

Otro asunto que nos preocupa es si todas estas tumbas están debidamente censadas, localizadas y catalogadas por los responsables de arqueología. Y decimos esto porque después de un inventario superficial hemos encontrado nada más y nada menos que 74 sepulturas. A juzgar por el cómputo que ya hicimos hace más de diez años, suponemos que la maleza ha ido cegando varias más. De cualquier modo, tanto la práctica de depositar los cadáveres en tumbas cavadas en piedra, como la llamativa cantidad de enterramientos en un término municipal no excesivamente grande, creemos que deberían llamar la atención de las administraciones públicas competentes en materia de patrimonio cultural.

Tumba sin acotadura para la lápida.


Igualmente recordamos que, sobre los mismos espacios de los enterramientos se documentan también diversas estructuras talladas en roca, como: pozas, canalillos, vasos globulares de hasta 1 metro cúbico de capacidad, llamativas explanaciones, con posible fin cultual, las llamadas “camas de piedra”, especie de rebajes en forma de ángulos rectos, y otras intervenciones. Y todas estas manifestaciones, sin duda vinculadas a los enterramientos, constituyen un conjunto complejo de prácticas rituales cuya interpretación permanece pendiente de un estudio detallado que permita esclarecer su función exacta.

Vista aérea de un grupo de tumbas y de una posible zona de culto.


En lo que respecta a la gestión de todo este valioso patrimonio arqueológico, desde este blog proponemos tres líneas de acción: fomentar y estimular el estudio sistemático de estas necrópolis altomedievales; cuidar, conservar y proteger los yacimientos; y difundir y poner en valor estos vestigios como expresiones culturales funerarias de nuestros antepasados. Por tanto es preciso contactar con las autoridades competentes en patrimonio cultural (Dirección General de Cultura de Castilla la Mancha) e informar sobre estas necrópolis de Cuevas de Velasco. Probablemente tendrán ya noticia de ellas, pero puede que ignoren la magnitud y la importancia que pueden llegar a alcanzar en el conjunto de los enterramientos en roca de nuestra provincia.

La maleza va cubriendo las fosas. En este caso un enebro enraiza en la sepultura.

En la actualidad, la única indicación de la existencia de las tumbas la proporciona un cartel situado en el sendero de corto recorrido, en el peñón del paraje de El Reajo. Sugerimos que en ese lugar o bien al inicio del sendero, en el lavadero, se coloque un croquis a modo de plano arqueológico en el que queden señalados los nueve parajes en los cuales hay fosas. También proponemos visitas de los propios vecinos con personal experto a fin de tomar conciencia del valor de estas manifestaciones.

Parece que las tumbas fueron encaladas antes de depositar los cadáveres.

En cuanto a la tentación de acabar vallando los yacimientos arqueológicos, pienso que, hoy por hoy, ni es necesario ni conveniente. Justamente se trata de los contrario, es decir, de mostrar ese patrimonio a cuantos deseen verlo. Hubo un tiempo en que es posible que se destruyesen algunas de estas tumbas debido a la extracción de arena, pero hoy no existe tal peligro.

Finalmente, deseamos señalar la necesidad imperiosa de limpiar las tumbas antes de que el avance continuo de la hierba y los arbustos las invadan por completo.

La hojarasca colmata las sepulturas expuestas a la intemperie.
Algunos enterramientos están cubiertos de tierra.

La roca arenisca se erosiona con facilidad.



Todavía siguen hablándonos de cómo era aquella gente que sepultaba a sus muertos de esta manera.



1 comentario:

  1. Me parece muy interesante lo expuesto en el blog.
    Creo importante un estudio del origen preciso de los enterramientos, situación de los posibles asentamientos, probablemente comparando con otros parecidos por pueblos o comarcas cercanas.
    Conocer nuestro origen ayuda a saber lo que somos.

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