jueves, 15 de abril de 2021

        EL FERROCARRIL. CUEVAS DE VELASCO

Estación de Cuevas, ya abandonada.
            

                                                                          
                                                        

El 12 de julio del año 1883 recorrió la vega de Cuevas de Velasco el primer tren que haría el recorrido Aranjuez-Cuenca. Quedó así abierto otro tramo del trazado Madrid-Valencia por Cuenca que no se completaría hasta el año 1947 con la apertura del ramal Cuenca-Utiel.

Primer tren que llegó a Cuenca. 12 de julio de 1883.

Modelo de locomotora de vapor que circulaba por la línea Aranjuez-Cuenca.


Los 8 km del término de Cuevas de Velasco no ofrecían excesivas dificultades para quienes trazaron la vía férrea por el valle del río Mayor de Cuevas. El terreno predominante es llano, salvo una rampa en Las Cañadas, y destaca la ausencia de grandes barrancos y de montes que pueden atravesarse con una simple trinchera.

Trinchera a la altura de Las Cañadas.


Estado de abandono en el que se encuentra la vía hoy.



La Compañía del Ferrocarril Aranjuez-Cuenca realizó el tendido inicial y poco después compró la línea la compañía MZA (Compañía de los Ferrocarriles de Madrid a Zaragoza y Alicante). En el año 1941 RENFE se hizo cargo de los ferrocarriles y en el año 2005 Adif tomó el relevo.

Las tres primeras compañías propietarias dotaron al ferrocarril de la mayor parte del equipamiento, si bien hoy, lastimosamente, se han ido perdiendo construcciones que habría valido la pena conservar.

Estación de Cuevas de Velasco.

Estación de Caracenilla.



Estación de Chillarón.



En cuanto a edificios, queda, aún tambaleándose, la vieja estación, concebida, como otras muchas, para servir de edificio de viajeros y de residencia del Jefe de Estación. La planta baja albergaba la oficina del Jefe y otras dependencias. En la planta alta aún pueden observarse las trazas de una vivienda.

Estación en estado ruinoso.



Ultimas intervenciones en el edificio de la estación.


Hubo también tres casillas de personal ferroviario que coincidían con los tres pasos a nivel que aún existen, además del de la propia estación. Una estaba situada cerca de la fuente de la Nebrosa, otra donde cruza el camino de la Tejera y una tercera en el camino de la Virgen. Las tres alojaron a familias de ferroviarios durante décadas. Hoy no quedan restos, pues fueron abandonadas y posteriormente demolidas. En el pueblo se las conocía con los nombres de Casilla de Arriba, Casilla de Abajo y Casilla de la Nebrosa.

Imagen aproximada de cómo eran las casillas de los pasos a nivel.

Una cuarta casilla, llamada casilla Nueva o casilla Blanca, situada en Las Cañadas y que aún conserva muros y parte de la techumbre puede darnos una idea de cómo eran estas casas. Se trataba de viviendas sencillas, de buenas hechuras con un corral o cobertizo anejo que servía para tener los animales y como leñera.

Estado actual de la casilla Nueva.

Casilla Nueva con su cobertizo y su corral.


Detalle de la casilla Nueva.

Techumbre de la casilla Nueva.

                                      

Existían también dos garitas de poco más de 1 m² situadas a la altura de los cambios de agujas en las proximidades de la estación. Cuando las inclemencias del tiempo apretaban el empleado se albergaba en la garita a la espera de la llegada o del paso del tren.





Guardaagujas.



En la estación podemos ver aún los muelles de acceso al tren. Hubo otro de mercancías, hoy destruido. También había varias vías de apartado y una fuente llamada Aguada.

Andén actual construido con sillería de recuperación.
Vía muerta.



En las inmediaciones del edificio de viajeros de la estación se conservan aún otros pabellones, como el de los servicios, en pésimo estado, y una vivienda almacén con techumbre de traviesas.

Edificio de los servicios.

Construcción que sirvió como vivienda y almacén.

Detalle de la techumbre



Del trazado original quedan alcantarillas y puentes que aguantan bien a pesar del abandono progresivo del ferrocarril. Algunas de estas obras tienen realmente mérito. Están trabajadas en sillería y ejecutadas con cierta elegancia.



Alcantarilla Grande de Las Cañadas.

Detalle de una alcantarilla.



Detalle del puente del barranco del Vallejo en la estación.


Otro modelo de alcantarilla.


Se conserva también una chocilla que solían mantener los obreros ferroviarios para refugio y sobre todo para guardar la herramienta.

Choza para guardar la herramienta.



La vieja línea Aranjuez-Cuenca hoy atraviesa un momento muy delicado. La mayor parte de las estaciones han desaparecido. La falta de viajeros por el abandono de los pueblos se presenta como un obstáculo poco menos que insalvable.

Vía remendada.





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