sábado, 5 de noviembre de 2016





                                         CONCURSO DE TAPAS EN CUEVAS 



El pasado sábado, 29 de octubre, tuvo lugar en Cuevas de Velasco un interesante Concurso de Tapas. El acontecimiento comenzó a tomar forma el verano pasado cuando Antonio Gascueña sugirió la idea que fue acogida con gran entusiasmo. 

De las iniciativas que se llevan a cabo de un tiempo a esta parte con el fin de animar y dinamizar la vida del pueblo, no hay ninguna que resulte fácil de cristalizar y mucho menos de consolidarse. Todo depende del esfuerzo y de la implicación de los vecinos. En este caso nos consta que se ha trabajado bien y sobre todo con entusiasmo. 



Unas quince personas del pueblo elaboraron sus tapas, llenas de imaginación, rebosando calidad y sin nada que envidiar a las que pueden degustarse en cualquier gran acontecimiento culinario de esta índole. Cada uno de estos participantes creó una tapa de la que montó unas 50 unidades, o algo más, es decir, que en total se ofrecieron unas 800 tapas, algunas de las cuales se reservaron para participantes y jurado. 



La idea inicial era que el jurado lo formasen los propios concursantes, pero finalmente se optó por nombrar un sanedrín cibario compuesto por tres personas, quienes, como expertos catadores, se esforzaron por dilucidar cuál de las exquisiteces que se ofrecían a su vista y a su paladar merecía sus elogios en grado sumo. 



La muestra tuvo lugar en el salón de las antiguas escuelas, que se quedó pequeño para albergar a cientos de personas que acudieron al reclamo del buen yantar. También el acicate del precio, 0,50 cénts la tapa y 1€ la bebida, constituyó, sin duda un aliciente más para acercarse al pueblo durante el puente de Los Santos. 



Las tapas habían sido primorosamente elaboradas y presentadas con elegancia. Los nombres creados para estos deliciosos bocados resultaron llamativos y curiosos: Vida y luz (crema de remolacha y puerro con mousse de queso y lluvia de pistachos); cama de tartarara con delicias de la huerta y saladito del mar; bocadito de huevo sobre gocho tumbao en cama de mostaza con néctar de abeja; Sospiro di Italia; Mar y tierra (mejillones con salsa de ostras sobre cama de champiñón y patata con mahonesa de escabeche y mahonesa de cilantro; Crujiente de Cañatazor (carrillada de cerdo al vino tinto)… y un largo etcétera. 




El jurado declaró ganadores honoríficos, pues el galardón era, más que nada, simbólico, a Mari Cruz López, Laura y Miriam Collado. Aunque, en honor a la verdad, había en las antiguas escuelas alta cocina a raudales y cualquiera de ellos hubiera merecido la distinción. 



Estos eventos permiten el reencuentro de la gente dispersa, que con el pretexto de tal feria o tal fiesta, vuelve a su pueblo. Se anima el lugar, aunque sea por unos días y se le da un soplo de vida a nuestro viejo pueblo. 

Es importante que todos sepamos reconocer y agradecer el esfuerzo de todas las personas, participantes y organizadores, y que colaboremos con ellos para conservar estos actos. 



Antonio, promotor de la idea, asegura que tienen la intención de repetir esta experiencia el verano próximo y que aspiran ya a una feria de carácter regional o incluso provincial.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Deja aquí tu comentario. Gracias.