domingo, 1 de octubre de 2023


    UN MONUMENTO A LOS DANZANTES

Los danzantes ante la puerta de la iglesia para recibir al Santísimo Cristo.


La danza de Cuevas de Velasco es una manifestación artística de primer orden. Esto está fuera de toda duda y en ello hemos insistido en numerosas ocasiones.

En esencia, la danza la realizan ocho danzantes, un alcalde de danza y los músicos, con dulzaina castellana y tambor. El atuendo de los danzantes es muy llamativo, de vivos colores: pañuelo al modo serrano en la cabeza, camisa blanca adornada con cintas, lazos y escarapelas, banda cruzada con los colores de la bandera española, calzón negro, faja, mantón o pañolón de cintura, medias caladas y alpargatas de suela de cáñamo o esparto.

Momento culminante del lazo de La Cruz en la iglesia de la Asunción de Cuevas de Velasco.

Los danzantes portan también las castañuelas, adornadas con madroños coloridos, y dos palos. El alcalde de la danza, que luce el mismo traje que los danzantes, lleva una castañuela en una mano y con la otra empuña una crucecita (se dice que antiguamente portaba una caña) con la que avisa a danzantes y músicos de entradas, salidas y diversas evoluciones.

La música de la danza la componen 23 piezas breves. Varias de estas piezas cuentan con una letra, en general posterior al tiempo en que se crearon las melodías. Una de las letras hace referencia a sucesos históricos del siglo XIX, pero la mayoría pertenecen a composiciones de la lírica tradicional de los siglos XVI y XVII, lo cual da una idea ya de su antigüedad. Pero creemos que tanto la coreografía de los paloteos como la propia música son incluso anteriores.

Monumento a los danzantes en Belinchón. Recordamos que la música de esta danza es muy semejante a la de Cuevas.


A falta de otras prospecciones en la historia, al menos sabemos hoy que ya en el siglo XVII se ejecutaban danzas en Las Cuevas de Cañatazor, antiguo nombre del pueblo.

Muchos pueblos de la comarca han perdido sus manifestaciones folclóricas, entre ellas sus danzas de palos. Otros han tenido que rescatarlas in extremis del olvido, no siempre de modo ortodoxo. Y en Cuevas también hubo una vacilación allá por los años 70 y 80 del siglo pasado, pero se salvó esta magna manifestación popular debido al empeño y al amor por las cosas del pueblo de una serie de personas. De este modo, la danza de Cuevas puede decirse que jamás se interrumpió, pues tras la última generación de danzantes retomó el testigo la siguiente generación en la cual ya se incorporaron las mujeres.

Monumento levantado a la Endiablada de Almonacid del Marquesado.

Resulta curioso que quienes más se asombran y destacan la belleza de nuestra danza sean los forasteros, la gente que llega a Cuevas por primera vez. Y es que los propios del pueblo no tenemos perspectiva para mirar este fenómeno folclórico y valorarlo en su justa medida. Nos parece algo inherente al pueblo, algo corriente. Pero la voz de los expertos y los numerosos galardones y reconocimientos obtenidos por nuestros danzantes dejan claro que estamos ante una manifestación artística relevante.

Monumento a los danzantes de palos, en Cambrils.

Prácticamente la totalidad de las familias del pueblo han tenido o tienen danzantes o músicos entre sus miembros. Esta es otra de las razones que hacen que la danza esté imbricada en la sociedad de nuestro pueblo, entre la gente residente y la gente de la diáspora. Así, cuando suenan las dulzainas, redobla el tambor y corren por las calles el castañeteo de las castañuelas y el chasquido de los palos, se difunde por todo el pueblo una ola de alegría y un sano orgullo de ser de Cuevas de Velasco.

Monumento al Danzante, en Autilla del Pino (Palencia)


Sin entrar en otras consideraciones más sesudas sobre la importancia artística de la danza de Cuevas, creo que hay que subrayar de algún modo que se trata de una expresión que nos pertenece, nos enorgullece y forma parte de las esencias de nuestro pueblo. Por ello, propongo alzar un monumento a los danzantes, un monumento que nos haga a todos reparar en el extraordinario valor que tiene esta tradición y que nos conciencie de la necesidad de velar por conservarla y transmitirla a quienes nos sucedan.

Otro tipo de monumento es el erigido a los peregrinos en el monte del Perdón de Pamplona.






No hay comentarios:

Publicar un comentario

Deja aquí tu comentario. Gracias.