lunes, 9 de mayo de 2016






                       LOS NOMBRES DEL PUEBLO




La leyenda y el mito de una ciudad comenzaba con frecuencia por su propia fundación. Pero ¿cuándo se fundó este pueblo? ¿Quién fundó este lugar? ¿A qué se debe su nombre? La tradición apunta a un jefezuelo o cacique, un señor musulmán llamado Anatazor, según Pascual Madoz, o Cañatazor. Pero lo cierto es que ninguna fuente antigua fiable avala esta hipótesis.



Lo que es innegable es que el nombre del pueblo fue Cuevas de Cañatazor. Quienes hablan de la fundación del pueblo por parte de un caudillo árabe no abundan en más detalles, pero de haber sucedido así debemos pensar en la elección por parte de los jerarcas musulmanes que ocuparon Huete de un Señor para otorgarle estas tierras con el fin de que se estableciese en ellas. Como es de suponer, el plan consistiría en reforzar la vigilancia del curso alto del río Mayor y para ello se construyó un pequeño castillo alrededor del cual es posible que se asentasen algunas familias. 



A pesar de que cuesta poner en tela de juicio lo afirmado por autores como Madoz o como Muñoz Soliva esta tradición tropieza con algunos inconvenientes a primera vista. De todos modos, Muñoz Soliva comete errores de bulto en sus afirmaciones sobre Cuevas de Velasco, como que las tumbas de la vega eran de los moros. 

El principal escollo para aceptar la idea de un caudillo musulmán fundador de Cuevas de Cañatazor es que no hay ni una sola mención al tal señor Cañatazor en las fuentes históricas fiables. Por otro lado, resulta extraña la pareja de nombres CUEVAS + CAÑATAZOR, uno tan de origen latino y otro de ascendencia agarena.



Pensamos que el vocablo CAÑATAZOR se debe con toda probabilidad a una corrupción del nombre CALATAÑAZOR. Esta palabra de cinco sílabas era una rareza en los topónimos así que se vería presionada por el empuje del principio de economía del lenguaje. 

Desde luego, desde el punto de vista lingüístico parece que se trata de una evolución lógica que explicarían dos fenómenos fonéticos, una síncopa (Catañazor) y una metátesis (Cañatazor). Y como prueba de la metamorfosis del término citamos aquí, a modo de ejemplo, un texto de la obra Castilla la Nueva (1885), del historiógrafo José María Quadrado en el que el nombre antiguo del pueblo aparece como Cuevas de Catañazor:

“A cuatro leguas de Cuenca y en su distrito ó partido judicial, lindando con el de Huete y orillas del río Mayor, se halla la villa de Cuevas, que en su tiempo se tituló de Catañazor…” 

Otro documento, en este caso referido al Calatañazor soriano muestra también las vacilaciones al escribir el nombre ya desde antiguo. 

Copilaçion de los rreyes de Castilla e de Leon des de el año de la era de Çesar de sieteçientos e çinquenta e dos fasta el rrey don Enrrique fijo del rrey don Juan.

1088 A : lidio este rrey don Bermudo con Almançor e vençiolo <e> el rrey don Bermudo en Amarançor ; Ll : Caltañazor ; MP, Lo, E : Cañataçor ; N : Cañatanaçor ; O : Calatañaçor ; « en Calatañazor » manque dans V, J, C (puis : e vençiolo este dicho rrey don Bermudo.

Obsérvese cómo en solo dos líneas aparece el nombre Calatañazor escrito de cinco modos diferentes. Hay muchísimos ejemplos de estas variaciones en las fuentes escritas.



Existen numerosos topónimos que portan el étimo árabe QALAT: QALAT AYYUB dio origen a Calatayud y QALAT RABAH,a Calatrava, eh ahí dos buenos ejemplos.

La expresión árabe QALAT AL-NANSUR = Calatañazor para unos autores significa “castillo del buitre” y para otros “nido de águilas”.

Si damos el último paso, comprenderemos todo mejor. ¿Por qué iba a llamarse el pueblo Cuevas de Calatañazor? Pues porque sus primeros pobladores y fundadores muy probablemente vinieron de Calatañazor, en la provincia de Soria. Era frecuente que las gentes que respondían a la llamada de los reyes para repoblar tierras recién conquistadas añadieran al nuevo lugar el nombre de su tierra de origen. Si se miran los nombres de los asentamientos fundados en esta época en la provincia de Cuenca observaremos que más de cincuenta de ellos llevan el nombre de otros pueblos existentes en Guadalajara o Soria que es de donde procedían sus repobladores. Por ejemplo, hoy se considera muy probable que los fundadores de Caracena, origen de Caracenilla, procediesen de la homónima Caracena, en la provincia de Soria. Igualmente se da por seguro que quienes fundaron La Ventosa procedían de la villa del mismo nombre en la provincia de Guadalajara, por citar dos ejemplos de los muchos que hay. 

El Concejo soriano de Calatañazor era poderoso en la Edad Media y no es extraño que enviase excedentes de población para repoblar otras regiones.



Y ya puestos, ¿de dónde procede “Cuevas”? Cuevas procede de las oquedades que hallaron los fundadores en este lugar. Había numerosas covachas naturales, algunas ya cegadas. En El Egido hemos conocido al menos cinco y a poniente había otras tantas. Es muy posible que algunos de los primeros pobladores usasen dichas covachas como viviendas. Pero lo más seguro es que el pueblo se llame Cuevas debido a esos grandes covachos excavados en las peñas que dan a la vega, en Valamelgo, El Perdigón o la Peña del Aguililla. Hoy sabemos que dichos covachos estuvieron habitados hace ya más de dos mil años.

Otro de los nombres del pueblo, según las leyendas que medran en torno a este asunto, fue el de Ciudad de Pico de Grulla, o bien Ciudad de Picogrulla. Como se ve la cosa va de aves, como atinadamente escribe alguien en un artículo publicado en Internet y que no puedo citar porque no está firmado, aunque imagino de quién se trata. Buitre, águila, grulla… me parece a mí que mucho debe haber cambiado el aspecto de la peña Redonda desde aquellos tiempos porque no hay modo de asociar el perfil actual del risco a ninguna de las siluetas de estos pajarracos. De cualquier modo, son frecuentes los nombres de las aves para bautizar accidentes geográficos. Ahí tenemos los casos de la Peña del Águila o la Picarza ( En algunos lugares, por ejemplo, en Aragón, se llama picarazas a las urracas…) 

Hoy día por aquí no se ven más grullas que las que van de paso buscando las zonas de invernada. Aunque quién sabe si la vega en otro tiempo fue un hábitat propicio para esas zancudas.



Más sonoro aún y con aires de cuento es el nombre de Villa de las Flores, denominación de Las Cuevas en un pasado remoto, según la leyenda… Sobre este nombre no existe ni la menor pista. Es descriptivo, desde luego, pero ¿a qué flores puede referirse? ¿Ababoles? ¿Flores de macetas? ¿Jardines? Ninguna de estas ideas parece verosímil. Por otro lado estas tierras son muy frías. Las flores son efímeras. Sin embargo sí existe una flor, al menos una, que por su abundancia y su uso comercial, con alto valor, pudo haber dado nombre a este pueblo temporalmente. Se trata de la flor del azafrán. Los documentos antiguos hablan siempre de la importancia del cultivo del azafrán en este pueblo. Vaya usted a saber.



¿Imaginan el aspecto de la vega cuajada de flores de azafrán? Por supuesto que habría motivo para llamarle La Villa de las Flores.

Cuevas del Rey fue un nombre que ostentó el pueblo durante poco tiempo. Dejamos la leyenda y pasamos a la historia. Muchos pueblos retuvieron el apellido real, como Valdelmoro, Villalba, Torrejoncillo, Quintanar, Alcázar, etc. Pero nuestro pueblo perdió definitivamente esa designación en beneficio del nombre actual, Cuevas de Velasco. 

Hay quien se atreve a insistir en lo ornitológico pues, al parecer, VELASCO en euskera significa “cuervo pequeño”. Pero dejemos ya las aves y centrémonos en el origen castellano del apellido Velasco. 

No existe otro linaje de más abolengo y ranciedad, pueden estar seguros. Los Velasco combatieron ya en Covadonga con don Pelayo. Estaban emparentados con el conde Fernán González y también con los míticos jueces de Castilla, Laín Calvo y Nuño Rasura, con los Haro y con otras casas nobiliarias. Participaron activamente en la política y en la guerra. Ocuparon cargos y dignidades notabilísimos: condestables, virreyes, gobernadores, etc. El historiador don Hernando del Pulgar, recoge un dicho que deja bien patente la antigüedad y el abolengo del apellido Velasco:

Antes que Dios fuera Dios

y los peñascos, peñascos,

los Quirós eran Quirós

y los Velasco, Velasco.

Y, sin embargo, a nuestro pueblo le endosaron este nombre no por premiar un valeroso hecho de armas o por galardonar a quien hubiera descubierto nuevas tierras o por rendir honores a un pacificador de la Alpujarra o de Flandes, no. La verdad es que se cree que la donación de la villa de Las Cuevas de Cañatazor al marqués de Velasco fue una concesión real para pagar cierto oscuro favor que el Rey se vio obligado a solicitar. Por otra parte, sabemos que la última persona que ostentó el título del marquesado de Velasco se vio asediada por las deudas y fue expropiada de todo su patrimonio.

Claro, que aún pueden empeorar las cosas, y así ha sucedido con el último nombre, Villar y Velasco, porque con esta mixtura nominal arbitraria nos arrebatan el único elemento del nombre del pueblo que había permanecido desde sus orígenes, el más perdurable y el más genuino, CUEVAS.








1 comentario:

  1. Muy buen trabajo acerca del nombre del pueblo. Me dá un poco de rabia esto del endoso a los Velasco. Desciendo de un linaje asentado en Las Cuevas varias generaciones ( y con ramas en la zona, como en la Ventosa y otros lugares ) los Suarez de Salinas ( Suarez Carreño ), hidalgos que provenian del Norte ( Villaviciosa ).Asi que me ha interesado todo el tema. Aunque soy valenciano, mis ancestros paternos son alcarreños. He pasado muchas veces cerca del pueblo de camino a Huete, sobre todo en tren pero nunca lo he visitado. A ver si la proxima vez!. Un saludo

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