martes, 19 de enero de 2016



       CAMPOS DE CAZOLETAS EN CUEVAS 
                DE  VELASCO, UN ENIGMA.

Cazoleta circular. Cañada de las Pilas


En el término de Cuevas de Velasco existen varios campos de cazoletas. Estos conjuntos de huecos hemisféricos practicados en grandes rocas planas son un quebradero de cabeza para los arqueólogos. El más significativo, espectacular y que da nombre al paraje donde se encuentra es el situado en La Cañada de las Pilas, al noreste del pueblo, en las inmediaciones del Camino de la Virgen, antigua vía que conducía hasta la ermita de la Virgen del Val. Se trata de un llamativo conjunto de piletas en forma de cuencos excavadas en una roca arenisca que emerge al borde de una cañada. Las dimensiones de estas cavidades son chocantes para este tipo de manifestaciones, pues algunas alcanzan los 40 cm de diámetro y más de 20 cm de profundidad. Hay huecos ovalados y circulares. Unos son más profundos y otros superficiales.

Cazoleta ovalada de gran capacidad. Cañada de las Pilas.

Al lado de estas piletas se abren dos tajos en la roca a modo de catas perfectamente trazadas. Sobre una de estas brechas vierte un canalillo que procede de una de las pozas. Es posible que se trate de construcciones auxiliares para las ceremonias de culto.
Es difícil establecer el significado de estas cazoletas, pues ni siquiera los expertos se ponen de acuerdo. Unos aseguran que se trata de marcas de límites territoriales; otros sugieren que podría tratarse de mapas de constelaciones; no falta quien propone la idea de que son piletas de recogida de agua, usada después en ceremonias o en ritos ancestrales, y también se apunta en el sentido de si podrá tratarse de cuencos relacionados con la incipiente metalurgia o incluso con la elaboración del vino. Predominan las opiniones de quienes piensan que estos campos de cazoletas están estrechamente ligados con el culto a las divinidades de los pueblos que los realizaron.
Gran hoyo con regueras de recogida y de salida del agua. Valdemarón


Otro campo de cazoletas está situado sobre la roca que preside el paraje de la Fuente Herrando, al otro extremo del término municipal. En este lugar los pocillos practicados en la roca son muy pequeños, como hoyos de los juegos con canicas.
Los expertos sortean obstáculos o falsas pistas, como la inveterada costumbre de los pastores de practicar agujeros en las rocas con el fin de tener reservorios de agua llovida a mano por varios lugares, pero muy probablemente la mayor parte de estas cazoletas fueron realizadas por otras personas y con otros fines. Resulta desolador comprobar la aversión que produce en los arqueólogos este tipo de manifestaciones ante las que se encuentran completamente desorientados.

¿Figura antropomorfa o cazoleta con canalillos para captación de agua?

Ambos campos de cazoletas tienen en común el hallarse en las proximidades de una fuente. El de la Fuente Herrando está situado sobre la misma roca de la que mana la fuente, mientras que el de La Cañada de las Pilas se hallaba también en las proximidades de una fuente, la fuente de Las Pilas, que manó agua hasta mediado el siglo XX.

Arqueta en la roca de Valdemarón.

Estos dos espacios atestiguan el paso del hombre primitivo por estas tierras y aunque hoy no sepamos asociar estas extrañas insculturas a poblado alguno o estación de asentamiento humano es seguro que fueron realizadas por individuos establecidos en el entorno de la vega de Cuevas.
Un posible tercer campo de cazoletas se halla situado en el peñasco sobre el que se asienta la llamada Cruz del Cura, antigua picota de Cuevas de Velasco. Los hoyuelos de esta roca son irregulares. Habría que ver si bajo el basamento sobre el que se levanta el rollo de justicia hay también alguna cazoleta, lo cual indicaría que éstas son más antiguas que la columna que ha llegado hasta nuestros días. El peñasco en cuestión ofrece un aspecto llamativo y no es ningún desatino pensar que pudo servir en un tiempo remoto como ara cultual.

Multitud de cazoletas en La Cruz del Cura.

Un estudio preliminar de Luis A Puertas y dos profesores más de la Universidad de Castilla la Mancha sitúa en la vecina aldea de Castillejo del Romeral un santuario prerromano. Interpretan los campos de cazoletas existentes en el cerro de El Castillo, así como ciertas acotaduras y rebajes en las rocas como construcciones pertenecientes a un complejo de culto. Es evidente que estas oquedades practicadas por la mano del hombre tienen su sentido y parece razonable asociarlas a cultos antiguos.
Hoyo rectangular, con canal. Valdemarón.

Existen otros lugares en los que se encuentran tallados numerosos hoyuelos en la roca. En el peñasco de Valdemorón hay decenas de ellos, algunos muy curiosos, con forma de cubo y con canalillos para recoger el agua de lluvia. Pero lo más interesante de estas cazoletas es que se encuentran en las proximidades de una gran acotadura en forma de calle que atraviesa el peñasco que pudo servir de ara o de espacio sagrado. No tenemos la seguridad de que este tajo y otros cercanos de menores dimensiones tengan relación con las sepulturas allí excavadas, si bien parecería lo más lógico.

Cazoletas minúsculas, como hoyos de jugar al gua. Fuente Herrando.

Y para completar el panorama de las cazoletas, aunque se trate de construcción de mayor entidad, en la roca de Valdemorón y en la Peña del Fraile, existen al menos seis hoyos gigantes, de más de un metro de profundidad y casi otro de diámetro medio, con forma de vasijas globulares o de tinajas, excavados en la roca. Al tratarse de un lugar sagrado, con enterramientos y zonas de culto es muy probable que estemos ante  depósitos de herramientas o receptáculos de agua para el culto.

Hoyo gigante, al parecer de otra índole. Valdemarón.


En cuanto a la datación de los campos de cazoletas, las investigaciones sobre el complejo de Castillejo sitúan la creación del santuario en la Edad del Hierro II entre los siglos III y II a.C.. Por lo que se refiere a los hoyos encontrados en Cuevas de Velasco, pensamos que nos movemos en un abanico cronológico amplio, que va desde el bronce o acaso el último tramo del Neolítico hasta los tiempos históricos. Los campos de cazoletas de Cuevas de Velasco son distintos entre sí, probablemente ejecutados en periodos diferentes.

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