ÚLTIMAS OBRAS
EN EL PUEBLO
El año 2015 nos ha
dejado algunas obras de embellecimiento del pueblo. Por un lado, los accesos a
las cuevas de debajo del parque del
Castillo, ya ejecutados hace algún tiempo, parecen un guiño a la gente para que
recupere aquella costumbre de irse a merendar a la cueva.
Hoy las antiguas
cuevas-bodega en las que se guardaba el vino ya perdieron su primitiva utilidad
y el empeño de los habitantes del pueblo por mantener aquella primitiva
costumbre de “ir a la cueva” se ha visto frenado modernamente por las leyes que
prohíben taxativamente el hacer fuego. Adiós a las chuletas a la brasa, a las
parrilladas de sardinas, a los asados de forro y a otros suculentos manjares
que se aderezaban al fuego a la puerta de las cuevas.
No obstante, el
apaño de los senderos que conducen a las cuevas puede ser un estímulo importante
para que la gente se decida a retomar aquella tradición que era tan nuestra y
tan querida.
Por otro lado, se ha
querido recuperar uno de los rincones más queridos de nuestro pueblo, el
Vallejuelo. El sendero que se ha trazado, así como el puente, algo desproporcionado,
y la fuente vienen a recordarnos que ese
espacio, cuando llegaba la primavera y a lo largo del verano, servía de esparcimiento
para los jóvenes. Si el chopo del Vallejuelo hablara contaría historias de
amor, de cortejos, de flirteos de adolescentes, de tardes de holganza de mozos
y mozas hace tiempo, mucho tiempo, cuando aún no había ni televisión.
Hoy, con el regato
seco y el prado que allí había invadido por un vertedero de escombros, será
difícil recuperar el uso que tuvo. De todos modos animamos al personal a que
complete el paseo, que ahora ya es posible.
Por último, el muro
del arreñal de la calle del Paraíso
ha sido reconstruido en un buen tramo, siendo intención de las autoridades el continuar en años
sucesivos, a medida que sea posible, con la restauración de los derruidos muros
de dicha calle.
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