viernes, 1 de abril de 2016





                CRÓNICA DE LA SEMANA SANTA DE CUEVAS



La Semana Santa es una de las celebraciones más afectadas por la progresiva despoblación de la villa y por otros fenómenos paralelos, como la falta de relevo de las nuevas generaciones en las conmemoraciones religiosas (aunque, afortunadamente, no en todas).




Desde hace algunos años se ha renunciado a sacar alguno de los pasos que más costaleros precisan, como El Nazareno o el Paso del Huerto. 

Este año de 2016, se celebraron las procesiones del Domingo de Ramos, Jueves Santo, Viernes Santo y Domingo de Resurrección. La afluencia, escasa, claro, pero no dejan de tener estas manifestaciones religiosas su atractivo, sobre todo por el profundo silencio con el que que se desarrollan y, por supuesto, por el bello marco por el que discurren.



Se ha propuesto animar al personal para el año próximo ofreciendo una chocolatada con churros tras la procesión del Encuentro, el Domingo de Resurrección, así como animar a los jóvenes a que hagan los judas.



Se ha echado en falta el repique de campanas tras el encuentro del Resucitado con la Virgen, porque ese acto llevaba el regocijo a todo el pueblo en otros tiempos.

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